La agencia Servimedia en un teletipo recoge estas valoraciones sobre el nuevo partido que quiere promover Savater.
El secretario de Organización de Eusko Alkartasuna, Rafael Larreina, considera que detrás del nuevo partido político que impulsan el filósofo Fernando Savater y la eurodiputada socialista Rosa Díez, entre otros, se esconde un «nacionalismo español extremo y excluyente» sin ningún programa positivo.
En declaraciones a Servimedia, Larreina auguró que el ideario del nuevo partido se basará en reclamar una «política de mano dura» contra ETA, lo que no supone ninguna aportación al panorama político porque «estar en contra de ETA es una característica de todos los partidos democráticos».
Insistió en que quienes promueven la nueva formación política deben tener claro que no tendrán «la exclusiva de la lucha contra ETA, entre otras cosas porque, cuando algunos hemos estado en contra de ETA, otros que van a formar ese partido congeniaban con ese mundo». Por ello, «ni nos van a poder dar ejemplo ni enseñanzas en absoluto», recalcó.
No obstante, Larreina expresó su respeto por el derecho de cualquier ciudadano a fundar un partido político, «al igual que defendemos el derecho de participación política de Batasuna, aunque no compartamos su ideario».
Texto extraído de Plataforma Pro (Rosa Díez, Fernando Savater…), una verdad como un puño:
«El funcionamiento de la democracia depende en buena medida del respeto a las reglas, pero también de que los partidos e instituciones que gestionan la política y representan o administran a la ciudadanía estén sometidos a normas exigentes de funcionamiento democrático interno. Es un contrasentido esperar que partidos autoritarios y burocratizados, que no respetan la menor pluralidad de corrientes en su seno o que se financian por medios turbios, actúen de otro modo cuando están en las instituciones. Por el contrario, la experiencia demuestra que una vez en el poder tienden a transmitir al Estado y a la sociedad sus propios vicios e irregularidades. Los escándalos de corrupción o de mala gestión de recursos públicos no son, muchas veces, sino la consecuencia de la extensión de malas prácticas corrientes e impunes en el interior de los partidos políticos y de las instituciones que controlan.»
Carlos Menéndez
http://www.creditomagazine.es