Mañana tenemos las elecciones al Parlamento Europeo y hoy dicen que toca día de reflexión; como si no hubiese que reflexionar el resto de los días. Pero bueno, he decidido seguir el guión de la ley electoral y reflexionar en voz alta a través de este post. Teóricamente habría que reflexionar sobre lo dicho por parte de unas y otras propuestas electorales acerca de Europa. Y aquí tenemos la primera dificultad: hemos tenido una campaña electoral, muy poco campaña electoral, de tono muy bajo, y en la que Europa ha estado muy poco presente. Si nos atenemos a los discursos, debates y propuestas, podríamos decir sin temor a equivocarnos que Europa ha sido lo de menos.
Los partidos de ámbito estatal han convertido sus campañas en una escenificación de una especie de primarias de las elecciones generales españolas; lo de menos era el modelo de Europa que proponen, entre otras cosas porque defienden el mismo modelo: la Europa de las Fronteras en la que el ser europeo es un adjetivo del sustantivo español, francés, etc. Al final lo importante en su campaña ha sido si debe gobernar en la Moncloa Rodríguez Zapatero o Rajoy.
En el sur de nuestro País el panorama no ha sido muy diferente. En la Comunidad Autónoma Vasca, el PNV ha pretendido convertir la campaña en la segunda vuelta de las elecciones autonómicas –si bien es cierto que con poco éxito mediático- para reivindicar que en Ajuria Enea debe haber un gobierno que responda a la mayoría social vasca. En Nafarroa, la indiferencia de UPN ante unas elecciones en las que no concurre ha potenciado la reproducción del esquema español de lucha por la Moncloa con la única aspiración del PP de aprovechar estas votaciones para reforzar su nueva presencia organizativa en la Comunidad Foral.
En ambas Comunidades de hego Euskal Herria hay un fenómeno nuevo: la posibilidad de “votar válido†a un sector de la sociedad que en anteriores no pudo ejercer sus derechos civiles y políticos con plenitud por mor del proceso de ilegalizaciones. Esta circunstancia fruto del doble error de haber impedido, en el pasado, a un sector de la población ejercer sus derechos civiles y políticos, y en esta ocasión el de volver a ilegalizar arbitrariamente una lista que no era equivalente a otras también arbitrariamente ilegalizadas en procesos anteriores.
Este doble “error†–o no, pues también hay quien piensa que puede formar parte de una estrategia- del gobierno español, vinculando al lista Iniciativa Internacionalista con Batasuna y otras marcas ilegalizadas con anterioridad, ha permitido a Arnaldo Otegi y al sector que quiere apostar por la política pedir el voto válido y medirse en las urnas con una cierta igualdad de oportunidades de la que no habían gozado últimamente. Con la vista puesta en el otoño, ese sector de la izquierda abertzale va a intentar reforzarse políticamente para afrontar una nueva etapa en la que se pretende impulsar un nuevo proceso de diálogo y negociación. Y probablemente, con la inestimable ayuda de los errores políticos en esta cuestión del Gobierno Rodríguez Zapatero y de la oposición que lidera Rajoy, consigan un resultado positivo que contraste con la apatía electoral del resto de los sectores sociales.
En el conjunto de Euskal Herria, Eusko Alkartasuna -que concurre en Iparralde con Abertzaleen Batasuna y los ecologistas, y en Hegoalde con Aralar– ha pretendido explicar que modelo de Europa queremos: esa Europa de los Pueblos en la que el ser europeo sea un sustantivo que se identifica con la identidad nacional vasca, esa Europa social y solidaria que plante cara al modelo neoliberal, esa Europa Verde, comprometida con la defensa del medio ambiente y la sostenibilidad. A las dificultades habituales de transmitir este mensaje en medio de una campaña que, como decía con anterioridad, está centrada en otros temas, hemos tenido que sumar otras dificultades añadidas por parte del habitual ruido mediático provocado por antiguos compañeros de partido a los cuales tampoco les interesa que Europa queremos construir pues están ocupados y preocupados por cuestiones personales mas pedestres.
A pesar de todo creo que Europa no es lo de menos, que es importante trabajar, impulsar y pronunciarse en las urnas a favor de una Europa diferente, una Europa sin fronteras, reforzando esa Europa de los Pueblos -y por tanto de los ciudadanos y ciudadanas- comprometida con sus realidades sociales naturales, comprometida con un nuevo modelo social progresista alternativo al modelo neoliberal o neocapitalista, y comprometida con la preservación del medio ambiente en el objetivo de entregar a las generaciones que vengan detrás un Europa más sostenible que la que nosotros nos hemos encontrado.
Ojala esta reflexión sirva para que alguien se sume al trabajo que conjuntamente con el Scottish National Party (SNP), el Plaid Cymru, BNG, Partido Socialista de Mallorca, ERC, Chunta Aragonesista, y otras fuerzas políticas progresistas europeas de naciones sin estado estamos desarrollando en el seno de la Alianza Libre Europea en favor de esa Europa diferente.