Hoy el Diario de Noticias de Araba publica la siguiente entrevista:

miren ibáñez

vitoria.Las primeras encuestas electorales les otorgan en torno a 4 parlamentarios ¿es un buen resultado de partida?

EA siempre se caracteriza porque saca más de lo que le dan las encuestas. La del CIS nos da más que la que se publicó antes de las municipales y aquélla la superamos ampliamente. Si se sigue esa tónica, lo que está marcando esta encuesta es una tendencia al alza de EA.

¿Son una base suficiente para que ese polo soberanista que proponen tenga buenas perspectivas?

Ojalá. Que exista ese polo soberanista, desgraciadamente hoy por hoy sólamente liderado por EA, en el Parlamento Vasco con fortaleza es importante para el paí­s, sobre todo en este momento de crisis económica. Al final hay dos posibilidades: volver al pasado, a la polí­tica de entente entre PNV y PSOE que caracterizó a la época Ardanza, de gestión de un Estatuto de Gernika recortado, de un enfoque de gobierno autonomista; o seguir la senda que se inició en 1998 de reforzar el soberanismo, de ir hacia un nuevo marco jurí­dico-polí­tico que permita dar respuesta más eficaz a los problemas.

En ese objetivo de recuperar la ví­a de 1998, ¿en qué medida va a ser un obstáculo la ausencia de la izquierda abertzale en la Cámara vasca?

Es un obstáculo real para la democracia. Detrás hay una débil mentalidad democrática de los partidos estatales, un intento de manipular la realidad polí­tica de este paí­s y de que las cosas sigan igual.

«Este paí­s hay que gobernarlo como una nación, no como una comunidad autónoma», decí­a en la presentación del programa electoral. ¿Ha pecado de prudencia el tripartito al gestionar la Ley de Consulta?

Más que de prudencia, el tripartito se ha visto afectado por los cambios que ha habido en alguno de sus integrantes. El PNV abandonó la apuesta del tripartito y del lehendakari Ibarretxe y ése es el elemento fundamental. Joan Puigcercós decí­a el domingo que el lehendakari tení­a todo para hacerlo, el apoyo de EA, el programa electoral, las urnas, los colegios electorales, la Ertzaintza, pero le falló su partido. Respetamos las decisiones de otros pero sí­ constatamos la realidad, ha habido un cambio de estrategia. Creo que eso también está en el fondo de que haya 150.000 abertzales que han dejado de votar, pensamos que decepcionadas por ese hablar y no hacer.

Recuperan la Ley de Soberaní­a, ¿por qué ahora?

La realidad es que hace cuatro años se aprobó un nuevo Estatuto en el Parlamento Vasco, que quedó en el cajón después del portazo de Madrid, y no hemos sido capaces de reaccionar. Sigue siendo necesario y ahora es urgente. Por eso proponemos una Ley de Soberaní­a Vasca que nos dote de un nuevo marco jurí­dico-polí­tico para dar respuesta a la situación de bloqueo polí­tico y que dé respuesta a la crisis económica.

El otro gran eje del programa es su siempre reivindicada reforma de la Ley de Territorios Históricos…

Ahí­ hablamos de una Ley Institucional que incluya la reforma de la LTH y la Ley Municipal, para dar respuesta a otro problema endémico del Gobierno Vasco que es el papel de los municipios. Tiene que quedar claro que quien dirige todas las polí­ticas de este paí­s son las instituciones comunes y que cada institución debe gastar en su competencia. También hay que introducir racionalidad en el gasto público, ir a una reducción radical de las empresas públicas. Hay que acabar con estos reinos de taifas, porque al final se crean empresas para que haya más puestos a repartir entre los amigos.

Con estos dos ejes, parece complicado un pacto postelectoral con el PNV ¿no?

Al final, el 2 de marzo habrá que sentarse y ver cuáles son las posibilidades de formar gobierno. Nosotros tenemos una cosa muy clara: no vamos a entrar en un gobierno para que las cosas sigan igual.

Sí­ que han dejado claro que no respaldarán a Patxi López.

Tendrí­a que cambiar mucho. No decimos que no.

En cualquier caso, han mostrado su temor a un pacto PNV-PSE…

No tenemos miedo, EA ha demostrado que es un partido que sabe estar en el gobierno y en la oposición. Nos preocupa como paí­s. La solución no está en el pasado. Y eso alimenta la estrategia del Estado, que las cosas no se muevan, que vaya pasando el tiempo. Y al final esto, con el tiempo, será una autonomí­a más del Estado, como puede ser Murcia, con todo el respeto. ¿Quiénes contribuyen a la estrategia de Rodrí­guez Zapatero? Por un lado, están esos sectores del PNV que lo único que les preocupa es su statu quo y, por otro, quienes siguen anclados en la estrategia de la violencia.

La crisis protagoniza la campaña. En esa profundización soberanista han planteado medidas como la inversión en infraestructuras sociales e incentivos para que las empresas no repartan dividendos. Explí­quese.

Son dos propuestas muy realistas y muy efectivas. Estamos en una crisis muy dura que va a ser más dura todaví­a. Y hay que reaccionar. Rodrí­guez Zapatero no está dando ninguna medida concreta y Patxi López tampoco, no dice nada. Si tiene recetas maravillosas, que se las dé a Solbes y a Zapatero, pero no las tiene. Aquí­ tenemos que denunciar el gran fraude del Gobierno socialista, que Rodrí­guez Zapatero a través de esas aportaciones a los ayuntamientos está invirtiendo la tira de dinero en el Paí­s Vasco. Lo que no nos dicen es de dónde sale ese dinero, que según parece va a salir de los bolsillos de los contribuyentes vascos.

En ílava, tienen una pugna importante abierta en torno a Zaballa…

Hay dos discrepancias. La ausencia total de respeto a la normativa medioambiental, la ley tiene que ser igual para todos. Y luego está el modelo penitenciario: las macrocárceles no respetan a las personas ni el espí­ritu de reinserción. Esto demuestra la necesidad de ir haciendo un marco jurí­dico-polí­tico nuevo.

Al final hablamos en muchos casos de gestionar competencias reconocidas en el Estatuto, ¿le convence la propuesta de Patxi López de reformar el Estatuto desde el consenso?

Tenemos una base para cualquier reforma, que es el Estatuto que se aprobó en el Parlamento hace cuatro años y el PSE no quiere saber nada, porque lo que quiere es una mera descentralización. í‰se es el problema de fondo. Un ejemplo de esto, que afecta a ílava y que supone la pérdida de 3.000 puestos de trabajo en 2008-2009, es la no fusión de las cajas. Parte de la actividad industrial de Aernnova se ha ido fuera, pero hay otra empresa del sector aeronáutico que también está llevando fuera de ílava su actividad porque no ha tenido el apoyo financiero necesario de Caja Vital. Por esa concepción trasnochada del autogobierno, de cortos vuelos y pueblerina en el mal sentido de la palabra del PSE y del PP, que sirve para cubrir el vanitas vanitatis de tener una serie de puestos, pero no da respuesta a los problemas de la ciudadaní­a. La Caja Vital podrá ser viable, pero no está sirviendo a los intereses de los alaveses.

Por Rafa

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