Si ayer el único consuelo que teníamos es que las personas heridas no estaban graves, hoy volvemos a encontrarnos con la tragedia en su máxima expresión: una persona ha sido asesinada.
Ante esta dura y dolorosa realidad sólo cabe la condena rotunda del atentado y expresar nuestra solidaridad, cercanía y apoyo a la familia de Luis Conde de la Cruz, a sus amigos y compañeros, que están inmersos en la tragedia, y a todas las personas heridas y sus familias.
Hoy, como representantes legítimos de la sociedad vasca, nos volveremos a concentrar a las doce del mediodía delante del Parlamento Vasco unidos en el dolor y en la indignación ante este nuevo ataque y desprecio a la voluntad de la sociedad vasca.
Y yo también me concentraré con la esperanza de que el presidente de Cantabria rectifique sus primeras declaraciones y dé muestras de respeto a la sociedad vasca, a sus instituciones y a sus legitimos representantes institucionales.
Creo que no debemos caer en el error de utilizar el terrorismo como arma arrojadiza en la lucha política partidista.