E. Ferreira Gasteiz.
OTRA PROPUESTA reciente es la de Batasuna, ¿cómo la valora?
Batasuna, por ejemplo ha dicho que la solución sólo viene por las vías políticas y que apuestan exclusivamente por las vías políticas. Mucho más que lo que dijo en su día Euzkadiko Ezkerra cuando los poli-milis abandonaron la lucha armada y de lo que dijo Aralar hace 2 años. Sin embargo, se le está exigiendo más.
¿Y por qué cree que se ha producido esa exigencia extra?
Porque tienen un déficit de credibilidad importante y eso también ha de ser una reflexión para ese mundo. Batasuna tiene que confirmar en la práctica política diaria lo que han dicho en Anoeta y ahí nosotros desde nuestra radicalidad democrática y defensa activa de los derechos humanos, decimos que los partidos políticos no nos podemos quedar en la mera condena sino hay que avanzar y facilitar que todo el mundo avance.
Entonces, entiende que la condena, como tal, no es imprescindible…
Para EA lo importante es el compromiso con las vías políticas y con la defensa de los derechos humanos sin excepciones. Aquí y en otros países ha habido mucha gente que no ha condenado la violencia y se le reconoce legitimidad democrática. Nosotros lo que le exigimos a Batasuna es compromiso activo con las vías pacíficas y democráticas. Sólo por ahí viene la solución.
Sin embargo, el lehendakari habla de condena…
No, el lehendakari lo que les ha dicho es que quiere claridad en la apuesta por las vías pacíficas. ¿Qué credibilidad le da a una información en la que se afirmaba que ETA quiere retomar contactos con el Gobierno español e iniciarlos con el francés? En su día lo dijo Garaikoetxea, lo ha dicho Errazti cuando habló con Zapatero y lo seguimos diciendo. ETA tenía que hablar con el Gobierno de sus temas. Es bueno que el Gobierno español y ETA hablen y resuelvan.
¿Le ve a Zapatero proclive a iniciar esos contactos?
Nosotros estamos dispuestos a dar un voto de confianza a José Luis Rodríguez Zapatero para que aborde esta cuestión. La sociedad vasca nos está exigiendo a todos que seamos sembradores de paz. Es bueno que el Gobierno y la banda armada hablen con la tranquilidad y discreción necesaria.