E. Ferreira Gasteiz. SE MUESTRA satisfecho por la forma en la que se han llevado a cabo las negociaciones para la coalición PNV-EA y por el fondo. Para Larreina esta apuesta conjunta deja las diferencias a un lado y asienta su razón de ser en las semejanzas. «Hay que dar un nuevo paso hacia la soberanía. Y eso es lo suficientemente importante para que unamos fuerzas». Una vez oficializada la reedición de la coalición PNV-EA.
En su opinión, ¿este proceso de negociación ha sido más fácil o más difícil que hace cuatro años?
Ha sido más normalizado y más serio. En EA siempre hemos dicho que las negociaciones en serio se hacen en una mesa, no a través de los medios de comunicación. Por ello, en este proceso, nuestra primera condición ha sido la discreción. Ha sido liderado por los dos presidentes y se ha hecho además sin interferencias externas ni negociaciones paralelas, en plazo, con tiempo, tranquilidad y sin tensiones innecesarias, provocadas desde fuera.
La filtración que se produjo del preacuerdo, ¿hizo daño a la culminación del proceso?
Hizo daño porque lo que se hace es despreciar a las bases de los dos partidos. La decisión de coaligarse para las elecciones no la toman las ejecutivas. Nosotros deseábamos que se discutiera entre las bases y en la asamblea del miércoles pudimos ver un debate de gran altura política y a fondo. Eso es muy positivo porque da solidez al acuerdo. La decisión tomada ha sido muy sólida.
¿Por qué insiste en la solidez?
Tanto el 71% que votó que sí como el 19% que optó por el no dijeron que acataban y hacían suyo el resultado de la asamblea. Y esto denota un profundo espíritu democrático y madurez. La Ejecutiva nacional salió muy contenta y agradecida a quienes defendieron el «no», por su actitud y compromiso con el partido.
Y esta coalición, ¿era más necesaria que la del 2001?
Cada momento es distinto y el actual es muy importante, crucial para EA por la apuesta política que impulsamos hace cuatro años contra viento y marea. Era una apuesta muy fuerte y difícil porque se pasaba de la época de la autonomía a la del soberanismo. Y ahora toca culminar aquello.
En opinión de EA, ¿qué ritmo lleva ese proceso de cambio?
Hubiéramos deseado que en esta legislatura habríamos puesto en marcha el nuevo marco jurídico-político, pero no ha sido posible. Al menos ya todo el mundo habla de ese nuevo marco. Se ha abierto la nueva etapa política y lo que hace falta es consolidarla. Para ello, es preciso y necesario alcanzar la mayoría absoluta para sacar esa apuesta adelante y convertirla en ley por voluntad de la ciudadanía vasca. Y pensamos que entre los dos, EA y PNV, podemos conseguir ese respaldo mayoritario.
En esa nueva etapa ¿hay peligro de que se pueda diluir en la coalición el proyecto propio de EA?
No. EA cuando ha hecho coaliciones ha sido por una idea política de fondo, de servicio al país, que culminará la consolidación de la etapa soberanista. A partir de ese momento, lo que habrá que hacer es la confrontación ideológica. Ahora hemos hecho una apuesta por algo que nos une, que es que la CAV y el conjunto de Euskalherria, que deben pasar a una nueva etapa política. Hay que dar un nuevo paso hacia la soberanía. Algo, lo suficientemente importante para que unamos fuerzas.Eso da razón de ser a la coalición.
¿De qué manera cree que se pueden atajar entre los dos partidos diferencias históricas o recientes como la LTH o la visión de la Constitución europea?
Al respecto hay que volver a subrayar que somos dos partidos ideológicamente diferentes con concepciones distintas. Respecto a esas discrepancias ya hay compromisos como por ejemplo en el hecho de que en el primer año de la legislatura habrá una Ley Municipal. Contrastaremos posiciones y buscaremos unos lugares de encuentro.
¿Y si no se encuentran esos puntos en común?
Al respecto estamos trabajando y de aquí a las elecciones ya veremos.