Bilbao, 26 jun (EFE).- Rafael Larreina, secretario de Organización de EA, rechazó hoy la hipótesis de una suspensión de la autonomía vasca y consideró que con esta medida el presidente del Gobierno y del PP, José María Aznar, trata de conseguir «lo que no ha logrado en las urnas».
«Aznar no acaba de digerir las dos derrotas electorales que ha sufrido en Euskadi en dos años y tiene la tentación, nada democrática, de conseguir a través de medidas espurias lo que no ha logrado en las urnas, que es tener el apoyo suficiente para gobernar», explicó Larreina un entrevista concedida a Radio Euskadi y recogida por EFE. El dirigente de EA consideró que la alusión a esta hipotética suspensión de la autonomía, formulada por el presidente del grupo parlamentario del PP en la Cámara vasca, Jaime Mayor Oreja, pretende «ir creando «ambiente» para poder justificar en un determinado momento medidas de este tipo».
Larreina recalcó que con este tipo de medidas no se solucionan los problemas, «lo que se hace es cavar trincheras, pero Mayor Oreja está más acostumbrado a generar diferencia y enfrentamientos, a hacer un política con mentalidad de guerra, de combate, que a buscar el consenso, los acuerdos y los lugares de encuentro». Consideró «grave» el hecho de que se baraje la suspensión de la autonomía vasca, una medida que sería «irresponsable y profundamente antidemocrática, porque es dar la espalda a la voluntad de la sociedad vasca».
Larreina aseguró que Euskadi ha expresado «de forma absolutamente mayoritaria y repetidamente en el plazo de dos años, con un porcentaje superior al 60 por ciento, que está a favor del derecho de autodeterminación; que quiere más autogobierno, que quiere la paz y que se respeten los derechos humanos; eso tiene que ser la base de cualquier consenso, para poder avanzar».
El dirigente de EA reiteró el compromiso de los partidos del Gobierno Vasco (PNV, EA e IU) de presentar tras el verano en el Parlamento Vasco una propuesta de compromiso en torno al Plan Ibarretxe, desde el «convencimiento de que ese texto articulado es un elemento fundamental para avanzar en el proceso de pacificación y normalización política». «Por lo tanto -agregó- es nuestra tarea primordial solucionar el principal problema que tiene este país desde el respeto a la voluntad de la ciudadanía vasca y a la pluralidad; el respeto y el compromiso con los derechos humanos».
Larreina recalcó que esta propuesta «debe contemplar dos elementos fundamentales: la territorialidad y la soberanía» y tendrá carácter de ley, lo que permitirá que el proceso de debate y enmiendas «amplíe el consenso». La propuesta deberá ser debatida también en el Congreso, lo que, según Larreina, será «un test del sentido democrático» de esa Cámara y permitirá saber «si realmente están dispuestos a acatar la voluntad de la sociedad vasca o por el contrario quieren imponer su propia voluntad».
En el caso de que «después de un proceso de negociación, de búsqueda de lugares de encuentro, de consenso, y con el respaldo mayoritario de la ciudadanía vasca, el Estado no admitiera ese nuevo marco jurídico político», según Larreuina «habría que ir a la confrontación democrática». «No se puede obviar la voluntad de la sociedad vasca, no se puede ignorar ni manipular su voluntad si se quiere ser demócrata, por lo tanto habría que ir a un proceso similar al que se plantea en Québec con respecto a Canadá», especificó. EFE