Después de varios meses trabajando conjuntamente en el marco del Foro de Debate Nacional, Rafa Larreina reconoce que se está recuperando la confianza entre su formación y la izquierda abertzale, una confianza que quedó tocada tras la quiebra de Lizarra-Garazi. Pero advierte de que «hay que seguir», porque «la confianza se pierde rápido y se tarda en recuperar». Â
Usted ha saludado el trabajo del Foro de Debate Nacional y ha apuntado que la izquierda abertzale está cumpliendo sus compromisos. Desde este sector también se afirma que se ve una mayor seriedad en EA. ¿Se ha restablecido la confianza perdida tras la ruptura de Lizarra-Garazi?
Se está recuperando la confianza. Pero la confianza se pierde muy rápido y se tarda en recuperar. Precisamente, lo que hay que hacer es seguir trabajando para aumentar ese nivel de confianza, que es fundamental. Es necesario que la sociedad perciba que hay una apuesta seria por las vías políticas. El compromiso de EA está ahí; demostrar que por las vías políticas se pueden buscar soluciones, que se puede dar respuesta a las demandas de la sociedad. Y demostrar que otras vías, como las de la violencia, no sólo no son aceptables desde el punto de vista ético, sino que tampoco son necesarias ni útiles desde el punto de vista práctico. Â
¿Han decidido qué fórmula van a utilizar para presentarse a las próximas elecciones al Parlamento de Gasteiz?
Ese es un debate que todavía tenemos que realizar. Lo importante no es la fórmula, sino el para qué. La decisión de EA estará en función de qué es lo más eficaz para que Euskal Herria avance en el camino de la construcción nacional.
¿Cómo ven sus aliados en el Estado español la situación de Euskal Herria? ¿Y el proceso de reformas en el Estado?
Ellos comparten nuestro análisis sobre Euskal Herria. Están realizando una labor muy importante de defensa de la realidad vasca y de contrainformación a todas esas campañas que se han desatado desde el Estado contra Euskal Herria todos estos años. Hay que agradecérselo. Coincidimos también en que las reformas tienen que ir en la línea de finalizar la transición, que pasa por el reconocimiento de la plurinacionalidad y del derecho de autodeterminación. –