VITORIA, 26 (EUROPA PRESS) El portavoz parlamentario de EA, Rafael Larreina, mostró hoy la condena «sin paliativos» de su formación ante las denuncias realizadas por detenidos en el caso de Egunkaria que aseguran haber sido objeto de torturas. A su vez, exigió «responsabilidades» y el «esclarecimiento» de los hechos «hasta las últimas consecuencias», e instó a las Administraciones a adoptar medidas para evitar estos casos.
En la sede del Parlamento vasco en Vitoria, Larreina subrayó que «en materia de derechos humanos no caben excepciones y que siempre hay que denunciar cualquier violación de derechos humanos, máxime cuando pueda provenir de quienes precisamente tienen la obligación impuesta por el conjunto de la ciudadanía de defender los derechos humanos de los ciudadanos». «Cuando se produce una violación de derechos humanos en el ámbito de quienes tienen la responsabilidad de proteger los derechos humanos es especialmente grave, porque, a la gravedad de toda violación de derechos humanos, se añade la gravedad de que la comete quien tiene que salvaguardarla precisamente», añadió.
El portavoz parlamentario consideró «importante» que «por parte de las instituciones se tomen medidas activas para impedir que los espacios de impunidad que se puedan producir durante los periodos de incomunicacion que prevé la ley, se produzcan violaciones de derechos humanos, es decir, torturas o malos tratos».
PROTOCOLO ERTZAINTZA
Por ello, aplaudió el protocolo de seguridad puesto en marcha por la Ertzaintza, al tiempo que señaló que es «un primer paso» y que «hay que dar más pasos». «Desde el Gobierno central se debería también tomar medidas rápidas, radicales y efectivas para avanzar en esa línea», subrayó. Asimismo, Larreina denunció los «clamorosos silencios» que se producen tanto cuando hay atentados de ETA o «violaciones de derechos humanos». A su entender, «esos clamorosos silencios, unos y otros, son los que provocan un auténtico perjuicio moral a la sociedad vasca», porque, «al final quienes callan en unos y en otros casos están en cierta forma legitimando o dando apoyo a las violaciones de derechos humanos que se producen y ante las que callan».