Hoy-bueno a estas horas ya ayer-, a primera hora de la tarde, oí­a en Radio Euskadi que, con ocasión del aniversario de la muerte de Jean Sibelius, nos poní­an una de las obras del compositor finés. Me ha hecho ilusión y me ha traí­do a la memoria una duda y unos buenos recuerdos que algo tienen que ver con la actual situación polí­tica.

La duda era sobre si realmente habí­a fallecido en octubre. Ha quedado resuelta nada más llegar ante un ordenador: efectivamente falleció no un 20 de octubre sino un 20 de septiembre de 1957.

Los recuerdos están plasmados en la foto que acompaña este post: ante el monumento en honor del compositor Sibelius en Helsinki está reunido todo el espectro polí­tico vasco, desde José Antonio Urrutikoetxea hasta Fernando Maura, todos sin excepciones. Y estábamos esos dí­as reunidos en Finlandia para trabajar para sacar adelante el Paí­s, aprendiendo de los logros y la experiencia de renovación tecnológica y relanzamiento económico que habí­an logrado los fineses.

Eran momentos también tensos polí­ticamente -como los actuales- pero con la esperanza de un futuro mejor para nuestro Paí­s.

En esos dí­as de trabajo logramos compartir todos juntos, las reuniones y sesiones de trabajo y, también las comidas y los momentos de asueto como el que recoge la fotografí­a; desde el respeto a la diferencia, a las diferentes concepciones polí­ticas e identidades nacionales, fuimos capaces de abordar el estudio de medidas que hiciesen más efectivo nuestro autogobierno a la hora de dar respuesta a los problemas diarios e inmediatos de las gentes de nuestro Paí­s. De hecho de esas sesiones de estudio y trabajo surgió una unanimidad a la hora de plantear los planes tecnológicos de las instituciones vascas que se han desarrollado en estos últimos diez años y que están en la base de nuestra ventaja comparativa y competitiva con España a la hora de sufrir e ir superando la actual crisis económica.

Hoy, once años después, tenemos que ser capaces de hacer lo mismo; hay que romper con el inmovilismo, con el cálculo rastrero que solo permite ver el muro de nuestro egoí­smo polí­tico lleno de razonadas sinrazones, experiencias negativas, pintadas que nos recuerdan agravios e injusticias reales como la vida misma,….. pero los muros, aunque estén hechos de bloques reales, siempre ocultan el horizonte, ese horizonte que da Paz, sosiego y que permite a todo el mundo tener el espacio suficiente para moverse con libertad y -ya sin muros- estrechar lazos, compartir espacios, discrepar juntos, trabajar juntos, por una Euskal Herria mejor.

Hoy, once años después, con la música de fondo de Sibelius (symphony-no-7-in-c-major-2-vivacissimo-adagio), rompamos los muros, admitamos la buena voluntad del adversario, admitamos que por fin todos hemos optado por la paz, por la palabra, por la polí­tica para construir un Paí­s mejor para todos.

Es la hora…. para unos de enterrar definitivamente las armas, de renunciar al uso de la fuerza, de la extorsión, de la amenaza;…. para otros de renunciar a la venganza polí­tica, de anular restricciones polí­ticas y leyes dudosamente democráticas que establecen la presunción de culpabilidad y niegan los derechos polí­ticos a miles de personas que ni han cometido delitos, ni ningún tribunal les ha impuesto -ni les puede imponer- ninguna condena; …… para todos es la hora de trabajar por restañar las heridas, reparar las injusticias y arriesgar polí­ticamente con sentido de Paí­s, de servicio a una sociedad que se merece vivir en Paz.

Por Rafa

Un comentario en «Rompamos los muros, con la música de fondo de Sibelius»
  1. Rafa, lo que estáis haciendo es impresionante, os apoyo de corazón.
    Como sabes los andalucistas estamos intentando unirnos para ser más fuertes; el camino es complejo, sobre todo recuperar lo apoyos ciudadanos que perdimos por nuestros errores y ambigí¼edades, pero esperamos conseguirlo a base de trabajo y tozudez.
    Voy a proponer al comité de enlace del PA-PSA un apoyo explí­cito a vuestro trabajo en pos de la paz en Euskal-Herrí­a.

    Un fuerte abrazo

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