Esta mañana un amigo me decía que escribir esta carta era provocar mi “suicidio judicialâ€, al menos ante un sector de la judicatura que piensa estar en posesión de la verdad práctica y, por tanto, excluidos como objeto de crítica. Yo sin embargo creo que es el único recurso que tengo de defensa ante la injusticia de la “justiciaâ€. Por esta razón he decidido escribir esta carta abierta al Magistrado de la Audiencia Nacional que, en su auto de prohibición de la manifestación convocada para hoy en Bilbao, me ha conceptuado como colaborador de organización terrorista sin darme siquiera la oportunidad del trámite de audiencia en el que poder defenderme de tan escandalosa como injusta calumnia.
Si me hubiera dado esa oportunidad quizás hubiese podido deshacerse de los perjuicios y prejuicios generados por corrientes de opinión mediáticas y políticas muy alejadas de la realidad vasca que, tras el lema de todo es ETA, juzgan intenciones y adjudican etiquetas de terrorista a miles de personas que no sólo no hemos estado nunca en estrategias violentas, sino que siempre hemos tenido una militancia activa, no exenta de riesgos en muchas ocasiones, en favor de los derechos humanos y en contra de la violencia y del terrorismo.
Y este posicionamiento y militancia activa frente a toda vulneración de derechos humanos no es un cuestión de oportunidad o coyuntural, sino que ha sido permanente en el tiempo desde hace ya muchos años, cuando en el tardofranquismo y tortuosos años de la transición, frente a las pintadas en la universidad que decían “haz la mili con los milis†-referido a ETA militar- algunos promovíamos las vías no violentas con pintadas que decían “ni mili ni milisâ€. Esa claridad de rechazo a la violencia, a cualquier vulneración de derechos humanos, y de militancia activa en favor de todos los derechos humanos sin excepciones, ha estado presente en todas mis actuaciones públicas y privadas desde entonces hasta ahora, como puede comprobar en diarios de sesiones parlamentarias, en la hemeroteca o en mis escritos en la red.
Por esta razón a mi y a otras muchas personas como yo, nos resulta especialmente duro, nos indigna, que nos acusen de connivencia con la violencia o el terrorismo, que pretendan darnos lecciones de compromiso con los derechos humanos, con la democracia, personas que han disparado, que han sido vulneradoras de derechos humanos, que han formado parte de organizaciones armadas, que estuvieron vinculadas al régimen franquista, que han formado parte o han apoyado a gobiernos que han ejercido el terrorismo de estado; personas que han dado cobertura a la tortura o que han mirado para otro lado ante el ejercicio de esa lacra incompatible con el estado de derecho democrático. Estas acusaciones que suelen estar presentes en ciertos discursos políticamente interesados, que suelen tener eco en reseñas y tertulias de ciertos medios de comunicación, nunca pensé que las iba a ver reflejadas en un auto judicial.
Espero que vaya comprendiendo mi malestar, mi indignación, ante un auto judicial que me adjudica “propósito de apoyar la estrategia de la organización terrorista y de justificar las acciones de sus miembros†simplemente por el hecho de promover una manifestación en favor de todos los derechos humanos para todas las personas en todo Euskal Herria, empezando por el derecho a la vida y a la libertad.
Quizás debería reflexionar Usted, el fiscal y el gobierno de quien depende el fiscal, sobre el hecho de que si fuera cierto eso que nos adjudican, que ETA se manifiesta en favor de todos los derechos humanos empezando por el derecho a la vida, se estaría cumpliendo eso que tantas veces Ustedes y nosotros hemos exigido a ETA.
Desde esa perspectiva, desgraciadamente no es cierto que ETA esté detrás de AdieraziEH, ni de la convocatoria de la manifestación. Por eso mismo quizás deberían reflexionar Ustedes -la audiencia nacional, la fiscalía y el gobierno de quien depende la fiscalía- sobre el hecho de que, aún sin quererlo, son Ustedes los que realmente apoyan, en palabras de su auto, “la estrategia de la organización terrorista†al impedir que la ciudadanía vasca se manifieste en la calle en favor de la democracia, de las vías políticas, del derecho a la vida y a la libertad, de una nueva época en la que la vulneración de los derechos humanos fundamentales sea algo del pasado.
Espero que esta reflexión les lleve a dejar de obstaculizar algo que no van a poder impedir: que la ciudadanía vasca se manifieste en favor de los derechos humanos, para todas las personas, en toda Euskal Herria, porque no se pueden frustrar los deseos de un Pueblo que quiere vivir en paz y en libertad.
Pero tenga por seguro que somos muchas las personas que diga lo que diga ETA, diga lo que diga la Audiencia Nacional, la Fiscalía y el Gobierno de quien depende, vamos a seguir trabajando para que esta manifestación se celebre, para que la voz, la palabra, la decisión del Pueblo Vasco -que rechaza la violencia, que quiere la Paz y la libertad para todas las personas- se escuche y se respete. Y tenga por seguro que esa manifestación se va a celebrar; si no es hoy, será el sábado que viene o el siguiente, pero se va a celebrar porque es imposible silenciar la voz de un Pueblo que quiere vivir en paz, en democracia y en libertad.