Hace casi dos años que tuve que ponerme gafas para leer, porque ya el brazo no me daba más de si. Entonces el oculista me dijo que era raro que no me las hubiese tenido que poner -como la mayoría de la gente- unos años antes. Esta mañana cuando un amigo catalán me señalaba en un periódico unas declaraciones del presidente del PNV Bizkaíno, en las que decía que “no reconocía a Eusko Alkartasunaâ€, pensaba que quizás Andoni Ortuzar sea de los que se las tiene que poner antes de tiempo.
¿Por qué digo esto?, pues porque da la impresión que los dirigentes del PNV ven con muy buenos ojos las intrigas y movimientos de la corte madrileña, debatiéndose entre el seducir y el dejarse seducir por los oropeles y las buenas palabras de quien gobierne en España -sea hoy Zapatero o mañana Rajoy, berdin da-, mientras que cierran los ojos molestos cuando en nuestro País, en Euskal Herria o Euskadi que para mi es lo mismo, se trabaja con responsabilidad y seriedad para conseguir abrir un nuevo ciclo político, en el que la violencia desaparezca definitivamente y se respete, y se pueda hacer efectivo, el derecho a decidir del Pueblo Vasco.
Es de agradecer la preocupación de Ortuzar por Eusko Alkartasuna, pero yo le diría que esté tranquilo, que Eusko Alkartasuna está donde ha estado siempre: trabajando, desde nuestra radicalidad democrática y nuestro compromiso activo con la defensa de todos los derechos humanos -sin excepciones-, por conseguir la Paz, la Independencia y el Progreso social para nuestro País.
Y, siguiendo con el símil oftalmológico en su versión bíblica, sería mejor que antes de intentar sacar la paja en ojo ajeno, solucione el presidente del PNV bizkaíno el problema de la viga en el ojo propio. Porque las bases de EA están donde siempre han estado: con los principios fundacionales y trabajando para que la paz, y la libertad de nuestro País, y de todas y cada una de las personas que lo componen, sea realidad cuanto antes.
Quizás Andoni Ortuzar tendría que mirar que pasa en su propio entorno, con todas esas buenas gentes abertzales a las que sedujeron con el señuelo soberanista del Lehendakari Ibarretxe para hacer después política autonomista, y que hoy están desengañadas con un PNV obsesionado con pactos en Madrid para prolongar un modelo autonómico agotado; y también haría bien en mirar que pasa con muchos abertzales de las bases del PNV que hoy se sienten desorientadas y desengañadas ante demasiados escándalos que todos creíamos propios de otras latitudes y ajenos a nuestro País y a nuestra cultura.
Ojala los dirigentes del PNV dejen de mirar tanto a Madrid, se pongan las gafas de cerca y contemplen que aquí hay gente trabajando para hacer País, abrir una nueva etapa política y conseguir la meta por la que tantos abertzales a lo largo de la historia, han dado su vida, y nos han dado ejemplo de coherencia, honradez y solidaridad.
Si se deciden a mirar de cerca, anteponiendo los intereses del País a los intereses particulares, podrán volver a reconocer a Eusko Alkartasuna, al partido de siempre, y comprobarán que, junto con el resto de los soberanistas, les tenemos reservado -si el PNV quiere, de ellos depende- un lugar para volver a trabajar conjuntamente en favor de la independencia.