Cree que la propuesta de PNV es «bienintencionada pero bastante inconcreta» y que, ante la crisis, hay que ser «audaces y radicales»
BILBAO, 29 Jul. (EUROPA PRESS) –
El secretario de Política Económica y Fiscal de EA, Rafa Larreina, afirmó este miércoles que su formación aspira a que en los próximos diez años se pueda orientar la política de Euskadi «en una línea soberanista, de cohesión social y de reconocimiento del derecho de todos a decidir nuestro propio futuro en paz y en libertad».
En una entrevista concedida a Radio Euskadi, recogida por Europa Press, se refirió al plateamiento de Arnaldo Otegi sobre la constitución de un ‘polo soberanista’ y manifestó que «cada uno es dueño de sus propios silencios, de sus propias acciones y palabras, y en EA pensamos que sólo se puede avanzar para conseguir una Euskal Herria libre, en paz, cohesionada socialmente, en la que todos sus ciudadanos se sientan a gusto, realizados y libres desde un compromiso activo con la defensa de los derechos humanos».
«Es la única posibilidad que hay, nosotros lo hemos defendido en nuestros 23 años de vida y lo seguiremos defendiendo porque es la única posibilidad», aseveró, para añadir que «todas las fuerzas políticas tenemos que avanzar en esa línea y, especialmente, las fuerzas políticas abertzales tenemos que hacer un esfuerzo importante para avanzar en esa línea».
De cara a las próximas elecciones municipales, Larreina dijo que EA aspira a responder «a la demanda mayoritaria de esta sociedad y a esos más de 200.000 ciudadanos vascos abertzales que están en la abstención y decepcionados precisamente por la actuación que se ha seguido en los últimos años en las instituciones, que no hemos sido capaces de llevar a la práctica lo que habíamos prometido».
A su entender, es importante «avanzar por esa vía soberanista para lograr la normalización política de este país y para lograr un país más cohesionado y en el que la ciudadanía tenga sus derechos políticos, sociales y culturales garantizados». En ese sentido, destacó que EA ha abierto un proceso «participativo entre toda la afiliación para fijar esas vías».
«Nosotros aspiramos a que en los próximos diez años podamos orientar la política de este país en una línea soberanista, de cohesión social, de reconocimiento del derecho de todos y cada uno de los ciudadanos de este país a ser lo que quieran ser y, al mismo tiempo, a que todos, conjuntamente, sin ningún tipo de discriminaciones podamos decidir nuestro propio futuro en paz y en libertad», añadió, para mostrar su convencimiento de que en EA van a avanzar por esa línea, «la única vía practicable hoy en día».
En cuanto a la escisión que ha sufrido EA, Larreina afirmó que ya no hablan de ese tema, sino que «Eusko Alkartasuna sigue en la misma línea en la que empezó el 4 de septiembre de 1986, seguimos trabajando, seguimos teniendo un apoyo muy importante y estamos a lo nuestro».
También hizo referencia al gran número de formaciones en Euskadi de cara a las próximas elecciones y consideró que la pluralidad «no es mala, sino que en democracia es muy buena e, incluso, fuerza a llegar a acuerdos entre distintos y eso es lo que hace avanzar».
Según señaló, EA apuesta por la pluralidad, por el respeto al resto de las fuerzas políticas y luego por «buscar acuerdos entre abertzales, con una base sólida que es ese compromiso activo con la defensa de los derechos humanos y con un objetivo muy claro, que es hacer avanzar este país por caminos de soberanía, de reconocimiento de la soberanía del pueblo vasco y con el compromiso de ejercer esa soberanía».
PROPUESTA DEL PNV
En cuanto a la oferta de estabilidad institucional del PNV, Larreina afirmó que es una propuesta «bienintencionada pero bastante inconcreta». A su juicio, «para dar respuesta a la actual situación de crisis muy seria y muy dura, hay que ser muy audaces y muy radicales».
El dirigente de EA explicó que su formación apuesta por el impulso de la propia actividad económica mediante «un compromiso importante de todas las instituciones en inversiones públicas e infraestructuras sociales», porque con eso se conseguiría «generar actividad económica y empleo y reforzar el estado de bienestar».
Asimismo, consideró necesario avanzar hacia «un pacto fiscal importante» y criticó la «irresponsabilidad de los últimos años con la bajada de impuestos que no tenía ninguna lógica y era imprudente». «Si queremos tener los servicios sociales de los países del norte Europa no se pueden mantener con los impuestos del norte de ífrica», advirtió.
Además, consideró «importantísimo» para dar respuesta a la crisis «avanzar en la Ley Municipal, para clarificar el reparto competencial y reformar de forma radical la Ley de Territorios Históricos para racionalizar el gasto, para que cada institución gaste en lo que tiene competencia y, al mismo tiempo, que tenga los medios necesarios para hacer frente a sus competencias».
ATENTADO
Por otro lado, Larreina condenó el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil y expresó la solidaridad de su partido con todas las familias que se han visto afectadas y se alegró de que los daños personales hayan sido leves, «aunque el impacto, la tragedia que han vivido, el dolor y la preocupación que estarán pasando todas las familias de las personas afectadas es tremendo».
El dirigente de ETA afirmó que ETA «tiene que desaparecer, tiene la obligación de respetar la voluntad mayoritaria de la sociedad vasca y de apartarse y dejar que la ciudadanía vasca pueda decidir su propio futuro en paz y en libertad».
A su juicio, los mensajes de optimismo en cuanto al final de ETA «suelen ser peligrosos muchas veces porque al día siguiente se puede producir una masacre y una tragedia como la que han intentado hoy».
Por ello, consideró que las Fuerzas de Seguridad tiene que cumplir su misión, «que es garantizar los derechos humanos, la libertad y la integridad física de toda la ciudadanía, y para ello tendrán que actuar contra toda aquellas persona y organización que intente vulnerar esos derechos humanos», mientras que advirtió de que las fuerzas políticas «tenemos otra obligación, que es cumplir con nuestra misión, que es convencer a toda la ciudadanía, incluso a quienes todavía de forma muy minoritaria pueden apoyar esas posiciones violentas, de que eso no es admisible y que a través de la violencia nunca se consigue nada, solo dolor y tragedia».
Larreina insistió en que ni desde el punto de vista ético ni político «es admisible la utilización de la violencia». «Esa es la misión de las fuerzas políticas, convencer para que realmente nadie apoye esas posiciones que no tienen ningún sentido», reiteró.