O todas o ninguna

Hoy he recuperado una vieja costumbre que, por mor de la mala costumbre de reuniones a todas horas, no ejercitaba desde hací­a mucho -demasiado dirí­a yo- tiempo: tomar unos txikitos con unos amigos y compañeros por la calle Dato y alrededores. En medio de los elogios al partido de futbol de ayer entre Alemania e Italia (eso si que es futbol y que injusta la eliminación de cualquiera de los dos) me dan una noticia que me ha dejado sorprendido: aprovechando unos arreglos de pintura, han decidido quitar de tapadillo la imagen de la Virgen de Estí­baliz que estaba en el Salón de Plenos de las Juntas Generales de Araba. Dicen que las razones son que molestaba la sensibilidad de alguno de los procuradores.

Yo que soy creyente y que defiendo la radical separación que debe existir ente Iglesia y Estado, al mismo tiempo que defiendo y ejerzo la polí­tica desde una concepción laica, que no laicista, no salgo de mi asombro. Creo que quien ha tomado esa decisión lo ha hecho con un desconocimiento total de lo que es la tolerancia y el respeto a la libertad.

Que yo sepa no habí­a ningún clamor popular que exigiese la desaparición de esa estatua que formaba parte de la tradición y de los buenos usos y costumbres del herrialde arabarra, como tampoco creo que se obligaba a nadie a prestarle atención, reverencia o culto. Digamos que ocupaba una posición de neutralidad pues dependí­a de la libertad individual de cada uno la actitud a mantener: para algunos ha supuesto una referencia religiosa, para otros una ocasión de culto privado, para otros un objeto de decoración, para otros un elemento arquitectónico que les pasaba desapercibido.

Si lo que se propone es una neutralidad total -y puedo aceptar esa posición- hay que ser consecuente hasta el final y hacer desaparecer todas las estatuas y sí­mbolos que se encuentran en el Salón de Plenos de Juntas Generales: ¡que queden las paredes limpias!

Yo reclamo el mismo derecho que quieren ejercer aquellas personas que se han sentido heridas en su sensibilidad por la presencia de una estatua de la Virgen de Estí­baliz.

Como republicano consecuente, defensor del principio de ciudadaní­a que nace de la radical igualdad de todas las personas con independencia de su origen familiar o situación social, también siento herida mi sensibilidad al contemplar que dicho Salón de Plenos está repleto de estatuas de reyes y por lo tanto exijo que si desaparece una estatua, desaparezcan todas pues en caso contrario no estarí­amos ante una defensa del principio de neutralidad sino ante una actuación sectaria en contra del libre ejercicio de una determinada concepción religiosa de la vida.

Aseguro que mañana mismo me pondré en contacto con mi colega la Presidenta de la Mesa de las Juntas Generales de Araba para saber si esto es cierto o no. De confirmarse la noticia adelanto que pediré la firma de todas las personas republicanas de Araba, y la de todas aquellas personas amantes de la libertad, para exigir que se retiren todas las estatuas o se mantengan todas. Os mantendré informados de como evoluciona el asunto.