No permito que se cuestione ni el talante democrático ni la integridad moral de Manuel Ibarrondo.El portavoz de Eusko Alkartasuna en el Parlamento Vasco, Rafael Larreina, ha salido al paso de las declaraciones del socialista Javier Rojo, afirmando que «lejos de ser amoral, discrepar del PP-PSOE en defensa de las libertades, es una obligación para un partido progresista». «Afirmar que es amoral un manifiesto que comienza con el compromiso inequívoco con la defensa del derecho a la vida y demás derechos fundamentales, y con el respeto a la pluralidad de nuestra sociedad, no deja de ser un nuevo despropósito y un nuevo exabrupto de Javier Rojo».
El parlamentario abertzale ha subrayado que «no voy a entrar yo en calificaciones o descalificaciones morales de Javier Rojo, porque ni me corresponde, ni creo que es bueno, pues ya está demasiado crispada nuestra sociedad como para romper los pocos puentes que quedan entre las diferentes fuerzas políticas. Pero si tengo que afirmar, con rotundidad, que no son ciertas las afirmaciones que hace sobre la actitud mantenida por los electos firmantes ante quienes sufren el acoso de ETA y la violencia de persecución». «Javier Rojo, olvida -no se si interesadamente o no- que esos mismos electos en la Asamblea de Udalbiltza, con la solemnidad propia de la sesión plenaria, hicieron una condena explícita de las acciones de ETA y de la violencia de persecución, y un pronunciamiento de apoyo a quienes la sufren».
«También olvida el señor Rojo -ha continuado Larreina- que esos mismos electos exigieron a los electos de EH o Batasuna un pronunciamiento claro de exigencia a ETA para que respete los derechos humanos, lo cual motivó que Batasuna abandonase Udalbiltza y crease su montaje paralelo. Y ya no olvida, sino que tergiversa la realidad, afirmando algo que es totalmente falso, cuando vuelve a decir que se firmó un acuerdo con ETA, cuando el sabe que no es cierto y Eusko Alkartasuna lo ha demostrado fehacientemente con documentos que no admiten duda». Defensa de Manuel Ibarrondo Finalmente ha subrayado Rafael Larreina que «No le puedo admitir, ni a Javier Rojo ni a nadie, que ponga en duda ni el talante democrático, ni la integridad moral, ni la bonhomía del Presidente de Eusko Alkartasuna en Alava, Manuel Ibarrondo. Resulta un sarcasmo, afirmar como ha hecho el dirigente del PSOE que Ibarrondo es insensible a las amenazas o a la falta de libertad, cuando el presidente de EA en Alava ha experimentado en carne propia la represión política, la amenaza de una sentencia a muerte dictada por el régimen franquista contra su padre, precisamente por defender las libertades frente al fascismo, la privación arbitraria e injusta de puestos de trabajo por ser demócrata, y otras muchas amenazas y presiones».
«Siguiendo el ejemplo de nuestros mayores que nos enseñaron a perdonar todas esas injusticias -muchas de ellas también con resultado de muerte-, a luchar para que el odio no arraigue en nuestra sociedad y la venganza no sustituya a la justicia, hemos mantenido una responsable discreción. Pero que no se aproveche esa responsabilidad y espíritu democrático para sacar rédito partidista sobre la falsedad y la injusticia. No vamos a permitir que, a quienes siempre hemos estado en el lado de la democracia y de la defensa de los derechos humanos, nos den lecciones ni de democracia, ni de defensa de los derechos humanos, quienes tienen compañeros de partido que compartieron proyecto político con el franquismo, o militancia con ETA, o impulsaron el terrorismo de Estado».