Siempre he pensado que en política no hay obstáculos insalvables. Por eso creo que la pregunta que hay que hacerse es: ¿cómo removemos esos obstáculos?. Ante esa pregunta yo estoy convencido que debemos empezar por conseguir que ETA deje de actuar, pues se ha convertido en la principal coartada que tiene el gobierno español para consolidar su inmovilismo y ser un obstáculo efectivo. Además de por razones éticas -que de por si solas ya son suficientes- y de simple humanidad, ETA debería dejar de actuar y permitir que la voz, la palabra y la decisión de Euskal Herria tengan la oportunidad de hacerse realidad.
Ni el gobierno español, ni ningún gobierno del llamado ocidente democrático, pueden impedir que la voluntad de un Pueblo expresada democrática y pacíficamente se haga realidad. Ante esta cuestión que planteas, yo soy optimista; entre otras cosas porque Euskal Herria es una realidad mucho más amplia, más extensa, con mucha más proyección de futuro, mas omnicomprensiva, que dos o tres legislaturas, aunque el obstáculo español cuente con mayoría absoluta y ETA piense que sin ellos nuestro País no existe.