Esta mañana en la tertulia de Radio Vitoria hemos comentado los ecos que ha tenido en los medios de comunicación la llamada Pascua Militar, sobre todo esas declaraciones del Ministro Morenés en las que afirmaba que «los militares están preparados, mantienen el ánimo firme y sereno sin atender a absurdas provocaciones». Como he señalado en la emisora, Â lo que constituye una auténtica y absurda provocación son las palabras del ministro poniendo en cuestión ante los militares la actuación democrática de representantes políticos elegidos por la ciudadanía y que cuentan con el respaldo de la mayoría social y política en sus respectivos Países. Nunca puede ser una provocación la expresión política pacifica y democrática de una sociedad expresada bien directamente en una consulta, bien a través de sus representantes legítimos elegidos en las urnas. Y si un Ministro no es capaz de comprender o admitir esto, lo mejor que puede hacer es dimitir pues no tiene cabida en un gobierno democrático.
Es preocupante que periódicamente se esgrima amenazadoramente el artículo 8º de la Constitución cada vez que hay una expresión política soberanista mayoritaria y democrática tanto en Catalunya como en Euskal Herria. Y es preocupante no por su efectividad, pues en la Europa en la que estamos inmersos no se concibe, ni se admitiría, una intervención armada frente a la voluntad mayoritaria, democrática y pacífica de la sociedad vasca, catalana, escocesa o flamenca que desea tener voz propia en Europa en pie de igualdad con el resto de Naciones, Pueblos o Estados que la componen; es preocupante por el déficit democrático que comporta.
Ya va siendo hora de que se supere esa concepción del estado como un protectorado de los militares sobre una inmadura sociedad que necesitaba protección, dirección y tutoría. Ya en el inicio de la transición inacabada hacia la democracia, esta concepción del estado se impuso de forma muy poco democrática a través de la introducción del ilegítimo actual artículo 8 del texto constitucional. Artículo que no sólo es ilegítimo por la forma en que fue introducido en la constitución -como señalo en el «post» del enlace anterior-, sino también por su formulación concreta que recoge literalmente un texto del franquista «Fuero de los españoles» que era la base pseudojurídica del régimen dictatorial.
Esta es otra de las tareas añadidas que tenemos que afrontar en Madrid la de impulsar el espíritu demócrata y republicano de reconocimiento de los derechos plenos de ciudadanía que debe tener cada persona sin ningún tipo de tutelas militares, ni de ningún otro tipo.