Hemos comenzado el año despejando un poco la cabeza por los prados y montes de Aralar, disfrutando de la paz y la tranquilidad que este macizo situado a los pies de San Miguel de Aralar transmite desde hace milenios. Y con la esperanza de que esa Paz y tranquilidad nos acompañen a todos a lo largo de este nuevo año que comienza.
De momento empezamos retomando la tarea de ir alimentando este blog que ha estado parado durante bastante tiempo, fruto de otras ocupaciones y, sobre todo, de la prudencia que debía acompañar el proceso político que nos ha tenido ocupados, especialmente, durante los último cuatro años.
Ahora que estamos ya en una nueva etapa política, sin vuelta atrás, en la que las estrategias violentas no tienen espacio, recupero la libertad de poder escribir sin temor a dificultar la consecución del logro que, durante tantos años, la sociedad vasca había anhelado.
Como siempre señalé, desde el ya lejano comienzo de este blog, espero contar con las opiniones, ideas, críticas y sugerencias de todas las personas que accedáis a este espacio de diálogo y reflexión cuyo único límite es la educación y el respeto a la dignidad de las personas, a su libertad y a la pluralidad. Y agradezco, y agradeceré siempre, la oportunidad que me dais de seguir aprendiendo.