Esta mañana según iba para Donostia he oido en la radio la noticia del fallecimiento de Mikel Laboa . Inmediatamente me ha venido a la memoria su canción Txoria txori tantas veces escuchada y cantada en compañía de muchos amigos. Ese canto a la libertad y, al mismo tiempo, al reconocimiento de nuestras limitaciones que nos hacen ser nosotros mismos y que nos permiten ser libres. Por eso he buscado en mis favoritos de YouTube la canción para insertarla en el blog y rendirle así mi pequeño homenaje.
Mientras, a lo largo del viaje escuchaba en la radio varias de sus canciones que iban poniendo acompañando los comentarios a la noticia de su muerte, venía a mi mente el recuerdo de la primera vez que hablé con él. Era en la época del acuerdo de Lizarra.
Nos cruzamos en la calle, yo le miré y esbozé una timida sonrisa de saludo y, para mi sorpresa, el me paró y con gran entusiasmo me animó a seguir en la labor que entonces teníamos entre manos: hacer realidad la esperanza de un futuro en paz y libertad para todas las personas que vivimos en Euskal Herria.
Me insistió en que siguieramos ese camino a la vez que mostraba el agradecimiento por lo que entre todos estábamos haciendo. Desde entonces he tenido en otras ocasiones la oportunidad de seguir sintiendo su cercanía y su ánimo para que no perdiéramos la esperanza.
Hoy ese recuerdo y ese mensaje pienso que sigue teniendo actualidad y que merece la pena seguir trabajando pacíficamente para hacer realidad esa esperanza.
Estos días el trabajo para impulsar el Polo Soberanista va a tener una nueva razón: servir de homenaje a Mikel Laboa , sabiendo que la lucha por la libertad de todos y cada una de las personas que componemos la sociedad vasca merece la pena, a pesar de los pesares, de esas limitaciones que tenemos cada uno cada una; pero precisamente -como el pájaro- porque tenemos esas alas que pesan, que a veces pensamos que son limitaciones, podemos volar y alcanzar la meta de ser libres y hacer disfrutar de la libertad a todas las personas que nos rodean en Euskal Herria y, desde aqui, en el mundo entrero.
Goian Bego