Hoy hemos tenido un acto polí­tico significativo, y emotivo a la vez, en Lizarra. Un millar de cargos del partido nos hemos concentrado en la Plaza de los Fueros de la capital del Ega para rememorar la asamblea de alcaldes que en el año 1931, aquí­ en Estella, aprobó el Estatuto para los cuatro herrialdes de Hego Euskal Herria.

Hoy hemos vuelto a recordar que Euskal Herria existe; que existe un Paí­s, una sociedad diferenciada, un Pueblo que tiene derecho a decidir su propio futuro en paz y libertad.

Ha sido un acto polí­tico significativo porque, cuando vuelven a soplar vientos autonomistas en algunos sectores nacionalistas, pone sobre la mesa la necesidad de tener en cuenta a todo el Paí­s si queremos realmente conseguir la normalización polí­tica y resolver el problema polí­tico de fondo.

No deja de ser curioso, a la vez que hace inverosimil el actual discurso socialista, que quienes reclaman la «transversalidad» en la Comunidad Autónoma se olvidan de ella en la Comunidad Foral e impulsan polí­ticas sectarias contra una parte muy importante de la sociedad navarra.

Por esta razón Eusko Alkartasuna, ejerciendo su responsabilidad de promover un polo soberanista fuerte que obligue a desbloquear la actual situación polí­tica, ha convocado este acto en el que electos de Iparralde y Hegoalde han vuelto a señalar los dos elementos que constituyen la base sólida sobre la que construir una propuesta polí­tica resolutiva del conflicto polí­tico: territorialidad y soberaní­a.

Y ha sido un acto polí­tico emotivo porque hemos contado con la intervención leyendo el manifiesto, además de la parlamentaria navarra Maria Luisa Mangado y Charles Etchandy de Iparralde, de Mirentxu Agirre hija del que fuera alcalde Estella fusilado por los fascistas, Fortunato Agirre, que presidió precisamente la asamblea de alcaldes que dió origen al Estatuto de Estella.

En el acto también ha estado presente toda la historia reciente del conflicto polí­tico con la, una vez más, inadmisible actuación en democracia de la Guardia Civil obstaculizando la llegada de varios autobuses con cargos de Eusko Alkartasuna a Estella. Todaví­a hay gente que no se ha dado cuenta que no hay forma de parar -ni con la guardia civil- a una ciudadaní­a radicalmente pací­fica que reclama el reconocimiento de su Paí­s y el derecho a decidir su propio futuro en paz y libertad.

Por Rafa

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