PLENO JUVENIL EN EL PARLAMENTO: LA JUVENTUD CONSTRUYENDO LA PAZ EN NUESTRA SOCIEDAD
El pasado 20 de diciembre, en el marco del programa «Debate con nosotros» 75 jóvenes ocupaban los escaños del Parlamento Vasco para debatir sobre que hacer para construir la Paz; analizaban la realidad en la que viven, expresaban su rechazo a pautas de comportamiento negativas, hacían propuestas en positivo y expresaban sus propios compromisos para hacer realidad sus aportaciones para una sociedad mejor y en Paz. Al final aprobaron una declaración muy sugerente en la que nos demuestran que tienen mucho sentido común y que sienten la responsabilidad de trabajar desde ya por una sociedad mejor.
A mi me han llamado la atención sobre todo sus aportaciones sobre la vida familiar porque creo que desmienten los tópicos y las costumbres que tenemos. Son muy interesantes sus aportaciones sobre la igualdad, o mejor la desigualdad, entre hombres y mujeres a la hora de trabajar en casa.
Pero yo hoy me quiero fijar en lo que se refiere al diálogo porque es un concepto que esta permanentemente presente en el discurso poítico pero muy poco en la práctica. Siempre he pensado que la falta de diálogo es consecuencia del fracaso del principal instrumento de aprendizaje y socialización de los ciudadanos y ciudadanas: la familia. Creo que la familia ha dejado de ser esa escuela de diálogo social, porque hemos sustituido el diálogo familiar por el monólogo de la televisión; con demasiada frecuencia hemos dejado de hablar (escuchar, pensar en lo que nos dicen, decir y exponer lo que pensamos) entre nosotros y nos limitamos a estar de cuerpo presente junto a los demas miembros de nuestro núcleo familiar mientras nos habla la televisión.
Por esta razón me han llamado especialmente la atención las reflexiones, propuestas y compromisos de los jóvenes para reactivar la vida familiar e iniciarse desde ahí en la responsabilidad de construir la paz en nuestra sociedad. Desde esta perspectiva su análisis es certero:
«llegamos a la conclusión de que en lo que se refiere a la familia, aunque hay mucha libertad, en general no hay comunicación y por ello los límites no están claros».
«Nos hemos dado cuenta que la comunciación entre los miembros de la familia está debilitada. Nos movemos en la relación en base a nuestros intereses sin tener en cuenta a nuestros familiares».
Rechazan que «sólo pensamos en nuestros problemas y no damos muestras de cariño a nuestros familiares» y que «existe mucha falta de respeto al hablar con los otros miembros de la familia»
Proponen «hacer el trabajo de casa entre todos los miembros, pero a la hora de repartirlo tendremos que tener en cuenta la edad y las capacidades de cada uno» y «poner cada persona de su parte para buscar soluciones dentro de la familia».
Se comprometen a «cambiar el ambiente familiar, donde la comunicación está debilitada y los miembros se mueven en base a sus intereses, fomentando el trabajo compartido y creando debates entre todos los miembros de la familia, donde se hable de cualquier tema». «Colaboraremos entre todas las personas de la familia para comer, cenar juntos/as y hacer actividades de ocio.
Finalmente piden a la Familia «que nos enseñe a comportarnos de manera pacífica y a respetar la opinión de todos los demás miembros. A los padres y madres les pedimos que tengan más confianza en sus hijos/as, y cuiden el tono y la forma de hablar en casa, las cosas hay que tomarlas con tranquilidad».
Pienso que estas fiestas especialmente familiares pueden ser un buen momento para reflexionar sobre estas propuestas de los jóvenes, compartir más tiempo juntos entre los diferentes miembros de la unidad familiar, reducir las horas de televisión y entrenarse en ese diálogo familiar que debe ser una escuela de diálogo social.