Rafa Larreina, secretario de organización de EA y vicepresidente segundo del Parlamento Vasco es entrevistado en Diario de Noticias de Alava por Miren Ibañez.

Es el momento de apostar por la resolución del conflicto polí­tico y a esa apuesta fí­a Rafa Larreina su apoyo a la fórmula del tripartito, aunque no oculta su temor a que el PNV no lo tenga tan claro. Y ETA, apunta Larreina, ha dinamitado conscientemente pasos en ese sentido al retomar las armas.

vitoria. El imparable devenir de acontecimientos obligó a hacer esta entrevista en dos capí­tulos, arrollada por la constitución de ayuntamientos y de las Juntas Generales. Con los focos colocados en consistorios y diputaciones y aún asimilando la ruptura del alto el fuego por parte de ETA, los pasillos del Parlamento Vasco han contemplado apacibles en estos siete dí­as los últimos coletazos del periodo de sesiones, un entorno propicio para el relajante sonido de una fuente que inunda el despacho del vicepresidente segundo del Legislativo, un espejismo en forma de salvapantallas de ordenador, igual de ficticio que esa tranquilidad, amenazada nuevamente por la organización armada.

¿Cómo ha recibido la decisión de ETA de oficializar la ruptura del alto el fuego? Una decisión quizá esperada después del atentado en Barajas…

Esperada, pero yo esperaba que no se produjese. Es una noticia triste que me dejó muy mal sabor de boca, sobre todo porque es una traición al pueblo vasco, no ayuda a avanzar en la resolución del conflicto sino que pone más obstáculos. Desde el punto de vista humano es inaceptable, apuesta por el dolor. También tenemos una cierta sensación de desengaño, de que no se ha jugado limpio con la valentí­a que ha tenido EA a la hora de apostar por la resolución, el diálogo, por esa mesa de partidos en la que al final tenemos la sensación de habernos quedado solos.

Al inicio del alto el fuego parecí­a que ese modelo de dos mesas era el definitivo. Ahora, ¿servirá en el futuro?

Yo creo que es el único modelo que puede posibilitar una salida, porque precisamente deslinda los campos. No es la primera vez que se plantea, porque en 1982 el lehendakari Garaikoetxea ya lo propuso. Recuerdo fotos en los medios de comunicación, en el hotel Gasteiz, la mesa preparada en el primer piso. Y ETA dinamitó aquella reunión con sendos atentados la ví­spera y la anteví­spera, asesinando a varias personas. Ahí­ estuvieron a punto de sentarse todos los partidos, desde lo que hoy es el PP a Batasuna. Pero terminará siendo posible, es la única salida que hay.

Pero ha fracaso dos veces…

Pero eso nos tiene que llevar a otra reflexión. Hemos hablado mucho del modelo irlandés, y yo creo que está agotado. El único modelo posible es el escocés. En Escocia, con un rechazo total a la violencia es como se está avanzando hacia la independencia: en mayo pasado hubo unas elecciones y hoy hay un presidente independentista, en el seno de la UE. Y lo han conseguido sin violencia, siendo claros en los planteamientos y tienen un compromiso de que este gobierno convocará un referéndum. í‰sa es la salida: ninguna violencia y acuerdo en Escocia, porque allí­ los acuerdos no los hacen en Londres, sino en Edimburgo. ¿Cuál es la experiencia de este proceso? Que todos han ido a buscar su acuerdo particular y al final han caí­do en el juego de negociar con Madrid, ETA también, y eso es hacer el juego a los intereses del Estado. La solución está en hacer los acuerdos polí­ticos en Euskal Herria, y desde ahí­ se puede avanzar por ví­as estrictamente pací­ficas a un escenario con un lehendakari independentista, una posición común y fuerte de todas las fuerzas abertzales en Hego Euskal Herria para buscar un acuerdo con el conjunto de las fuerzas polí­ticas aquí­, independientemente de lo que diga Madrid, y que se materialice con el respaldo de la ciudadaní­a.

Pero en ese planteamiento el paso previo es la ausencia de violencia y ETA en su último comunicado reivindica la lucha armada para defender su papel polí­tico.

Me parece muy bien que ETA defienda sus propuestas polí­ticas, lo que le exijo es que lo haga por ví­as pací­ficas y democráticas. Muchos dicen que ETA se disuelva , a mí­ me da igual, pero que renuncie a la estrategia de la violencia. Lo puede hacer directamente, declarándolo, o decir que delega su representación polí­tica en el mundo de Batasuna y aborda mientras tanto la solución de los problemas técnicos con el Gobierno.

De sus palabras parece deducirse que entiende que uno de los escollos del proceso ha sido el monopolio sobre él de Batasuna, PSOE y PNV.

El responsable de la ruptura de la tregua es ETA y punto. Pero también hay que denunciar la mala gestión de todo el proceso, tanto por parte de Batasuna, como del PSOE y del PNV, los tres en el mismo nivel porque todos han caí­do en la trampa de buscar esa negociación privada, con Madrid. Lo que no cuestionamos es la buena voluntad, pero las cosas no se hacen sólo con buena voluntad.

¿A qué se refiere cuando habla de mala gestión?

Seguramente el Gobierno de Zapatero tení­a un desaforado interés en controlar el proceso e impide en una primera fase que se constituya la mesa de partidos. Por parte del PNV, también ha habido el interés tradicional de decir yo soy elemento fundamental de este paí­s , esa mentalidad prepotente que les lleva a veces a no reconocer la pluralidad del paí­s. Y Batasuna ha admitido esos planteamientos y ha entrado en ese juego de la negociación con Madrid pero a corto plazo. Todo eso ha impedido que el proceso avance y yo creo que la no constitución de la mesa de partidos al comienzo del verano pasado ha estado en la raí­z de todos los males, porque al final ha llevado la negociación a la mesa del Gobierno con ETA y esa negociación es muy difí­cil, complicada, no tiene futuro y es inasumible desde el punto de vista democrático.

¿Cree que ese nuevo clima que parece haber surgido de la reunión entre Zapatero y Rajoy supondrá una vuelta a polí­ticas pasadas, como expresó el Gobierno Vasco?

Espero que no, porque aquella experiencia se ha visto en la práctica que no lleva a ningún sitio.

Parece que en esa reunión también estuvieron sobre la mesa ílava y Navarra. ¿Le preocupa que la gobernabilidad de esos territorios haya estado a debate en La Moncloa, que influyera por ejemplo en Pamplona?

Ha habido indicadores muy claros, tanto en ílava como en Navarra, de que la sociedad quiere cambio. Y es una irresponsabilidad por parte del PSN decir que no acepta los votos de ANV, por ejemplo. Ese avance polí­tico se podí­a hacer a través del acuerdo de NaBai y PSN y ahí­ EA habí­a apostado de forma muy importante, y quiero poner en valor además el esfuerzo de EA, porque nos correspondí­a la cabeza de lista del Ayuntamiento de Iruña. Y ahí­ también han jugado un papel muy negativo ANV y ETA. Habrí­a que preguntar por qué ETA no hace pública su decisión antes de las elecciones cuando ya la tení­a tomada. Y por qué sí­ la hace pública antes de que se puedan constituir las instituciones en Nafarroa, sabiendo que con su decisión seguramente hací­a imposible ese cambio necesario.

Visto lo visto el miércoles en el Parlamento navarro y las Juntas alavesas, ¿cree que hubo algo más en La Moncloa que una reunión palaciega, como decí­a Begoña Errazti?

Pues yo creo que sí­, que los hechos están demostrando eso. Al final es un motivo de reflexión para todos. A EA nos reafirma en nuestra apuesta por resolver nuestros problemas aquí­ y no en Madrid. Desde el ámbito de las fuerzas polí­ticas abertzales tenemos que hacer un esfuerzo importante de cerrar filas en torno al derecho de decisión de la sociedad vasca y precisamente plantear desde una posición sólida y coherente el conflicto polí­tico con el Estado, en clave exclusivamente polí­tica. Y es otro elemento de reflexión para los que pueden estar alrededor de lo que se autodenomina ahora ANV, Batasuna, etc., en el sentido de que los conflictos polí­ticos sólo se resuelven por ví­as polí­ticas, porque la pervivencia de la violencia conlleva la no resolución del conflicto polí­tico.

Centrándonos en el escenario alavés. ¿El pacto PP-PSE para la Mesa de las Juntas será el que se traslade a la Presidencia de la Diputación?

A mí­ me preocupa que PSOE y PP cometan el mismo error que en la legislatura anterior: darle el gobierno a una fuerza polí­tica para luego impedirle gobernar. Eso es una irresponsabilidad tremenda con el conjunto de los alaveses, empezando por sus propios votantes. Y creo que si cometen otra vez ese error lo van a pagar muy caro en las próximas elecciones, porque la gente se va a dar cuenta de que han primado intereses partidistas muy alejados del interés general. Es lo que hizo el PSOE con el PP y quizá ahora el PP lo quiere tomar como venganza.

Se lo pregunto de otra manera. El acuerdo del tripartito en torno a Marí­a Jesús Aguirre, ¿alcanza también a Xabier Agirre?

Yo creo que es un acuerdo que tiene virtualidad de gobierno. Alguien puede decir, bueno, éste también es un gobierno en minorí­a; pero es un gobierno con una mentalidad integradora, de diálogo, y eso será mucho más estable que un gobierno que al final estáen contra de y que seguramente no tendrá posibilidades de gobernar con eficacia.

Defienden la opción del tripartito, pero también les ha tentado el PSE…

En la actual coyuntura, es importante reforzar la apuesta polí­tica que hay detrás del Gobierno Vasco y eso es apostar por el derecho a decidir de la sociedad vasca, por la necesidad de poner a todas las instituciones a trabajar en favor de la resolución del problema polí­tico de fondo. Por eso nuestra apuesta es clarí­sima. Podrí­amos estar ideológicamente, desde el punto de vista de polí­ticas sectoriales, más a gusto con el PSE que con el PNV. Pero ahora tenemos que abordar la situación en clave de paí­s. Por eso hemos apostado por esa fórmula del tripartito, muchas veces quedándonos en solitario, porque ha habido sectores importantes del PNV que no han acompañado.

¿Comparte el PNV alavés esa misma claridad en su apuesta por un acuerdo con EA y EB?

No lo sé, yo espero que sí­, pero claro, no decido por el PNV.

Lo sucedido en Azpeitia y Zumaia ¿ha perjudicado a esa alianza?

Eso no debe influir en ningún ámbito. Nuestra Ejecutiva Nacional ha dicho con toda claridad que no está de acuerdo con esas decisiones, que estamos trabajando para intentar recuperar los acuerdos. Pero creo que si eso se utiliza como disculpa para otras cosas será eso, una disculpa. El acuerdo se ha cumplido de forma generalizada, en otras ocasiones también ha habido excepciones no queridas a los acuerdos, pero convertir eso en una cuestión de Estado, por decirlo de alguna forma, me parece que no deja de ser una irresponsabilidad o una disculpa para justificar otro tipo de decisiones. Lo que no admitiré nunca son acusaciones de deslealtad. Porque si hablamos de deslealtades, habrí­a que ver qué papel han jugado ciertos medios de comunicación públicos, y algunos privados también, en los meses pasados. ¿Qué es más deslealtad? ¿Eso, con un socio de gobierno, o excepciones no queridas? Pero ése no es buen camino para seguir adelante.

En los primeros momentos miembros de la dirección de EA en Gipuzkoa acusaron incluso a integrantes de la Ejecutiva Nacional del partido de conocer la situación…

Eso es totalmente falso. Las decisiones que en su dí­a tomó la Ejecutiva Nacional fueron por unanimidad y se han intentado llevar a la práctica también por unanimidad. Y la decisión de trabajar para recomponer la situación también ha sido unánime. Eso no tiene ninguna base y quien lo dijo igual lo hizo en un momento de calentón, pero no dice la verdad.

A estas alturas, ¿será posible restituir al PNV en esas alcaldí­as?

í‰se es un tema que estamos trabajando, hay que hablarlo menos en los medios y trabajar más.

Por Rafa

3 comentarios en ««Habrí­a que preguntar a ETA por qué no hace su anuncio antes del 27-M y sí­ antes de formar las instituciones navarras»»
  1. Las alcaldias de Zumaia o Muskiz son de EA. Todo aquel que no lo acepte como una realidad democratica tiene mi mayor desprecio.

  2. Ni yo no entraria en si son o dejar de ser alcaldias de EA. Lo que tengo bien claro es que no son del PNV, si no ha sido capaz de ganarselas en las urnas con una mayoria absoluta, y si no ha sido capaz de ganarlas con pactos post-electorales, mala suerte.

    Ahora que no se como esperaban la alcaldia de Zumaia, despues de haber expulsado a EA del equipo de gobierno

  3. Creo que EA y PNV antes de tomar decisiones drásticas deben pensar en los pueblos que hay que gobernar. ¿Cual de los dos partidos puede garantizar una mayorí­a de gobierno en cada pueblo? Me temo que el PNV es el que lo tiene mas difí­cil pues sino habrí­a conseguido la alcaldí­a. Lo que no es de recibo es intentar imponer un alcalde, aunque sea el de la lista más votada, que luego no tenga la mayorí­a suficiente para gobernar. Si se hace su partido igual se queda satisfecho, pero los que viven en ese municipio seguro que se ven perjudicados.

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