«Es la hora que Escocia e Inglaterra se conviertan en iguales, compañeros, independientes, vecinos y amigos» Alex Salmond, Primer Ministro de Escocia.
El amigo Xavier Solano acaba de publicar en catalán un libro titulado «El Mirall Escocí¨s» en el que nos da a conocer todo el proceso político que mirando a la independencia en Europa se está desarrollando en Escocia de la mano del SNP (Partido Nacional Escocés) que junto con EA, ERC y otras formaciones forma la Alianza Libre Europea (ALE) nuestro partido europeo. Es un ensayo riguroso escrito por un testigo de excepción. Xabier es un catalán afincado en Escocia donde lleva años trabajando como analista político del Scottish National Party y en este libro nos da las claves para entender la Escocia del siglo XXI y el debate que ahora mismo se está desarrollando allí alrededor de su Independencia, causa que está ganando continuamente partidarios.
Creo que por estos lares de Euskal Herria también nos viene muy bien conocer ese proceso y ver que elementos podemos trasladar a nuestro País. A este respecto creo que es interesante el prefacio del libro que ha sido realizado por Alex Salmond, Primer Ministro de Escocia y que traduzco y transcribo a continuación. Como veréis desmiente muchos de los tópicos que por aquí oímos a quienes se escandalizan cuando hablamos de Independencia en Europa. Aquí lo tenéis:
«Escocia y Cataluña son viejas naciones de Europa. Nosotros hemos escrito parte de la historia de Europa como países independientes y libres. Sin embargo, durante los últimos trescientos años, Escocia ha sido dirigida desde Londres. Ahora llegan tiempos emocionantes para Escocia, tenemos que sacar el país adelante y animar a la gente otra vez a decidir su propio futuro. Durante los próximos años tendremos la posibilidad de determinar el futuro de nuestra nación. La independencia cuenta, en estos momentos, con unos niveles de apoyo históricos y continuamos ganando adeptos a la causa.
Si miramos a nuestro entorno, nos damos cuenta que estamos rodeados de países independientes que han salido bien. El índice de desarrollo humano es una medida de las Naciones Unidas que toma el pulso tanto a la economía nacional como a la calidad de vida de su sociedad. En el oeste encontramos Irlanda, el cuarto país del índice; en el norte, Islandia, el segundo; y al este Noruega, que por sexto año consecutivo es el país número uno en calidad de vida. Estas naciones, que también se encuentran entre las primeras seis naciones con el PIB per cápita más elevado, forman un arco de prosperidad del cual Escocia tiene que aspirar a formar parte.
Escocia tiene tanto talento, energía y entusiasmo como estas otras naciones. Nuestra gente está cualificada; nuestra geografía, cuando menos, ofrece más ventajas. ¿Por qué estas otras naciones están arriba del todo, mientras que la economía escocesa permanece dormida? Estoy convencido que la independencia es la clave. Noruega, Irlanda, Islandia, Finlandia, Dinamarca y Suecia son naciones comparables a Escocia, pero con la libertad de encontrar la mejor manera de animar su economía para competir.
Escocia ha probado la descentralización política (Devolution Act) y, después de casi ocho años, somos conscientes de sus limitaciones. Es hora que Escocia e Inglaterra se conviertan en iguales, compañeros, independientes, vecinos y amigos.
La causa independentista es positiva y deseada. Está basada en los valores modernos de autodeterminación, igualdad, cooperación y respeto mutuo.
La independencia nos dará las competencias que necesitamos para conseguir hacer progresar Escocia en materia política y económica, pero también en el aspecto social. Nos permitirá hacer las cosas de una manera diferente, mejorar aquello que hace falta y asegurar la continuidad allí donde ésta es necesaria.
Los lazos sociales, culturales y comerciales con Inglaterra continuarán, entre otras razones porque el hecho de pertenecer en la Unión Europea garantiza la libertad de movimiento, comercio e inversiones a través de cualquier frontera. Pero la independencia nos proporcionará las competencias políticas y económicas que todos los países necesitamos para construir una sociedad más rica, más saludable, más segura y más justa.
Con la independencia seremos capaces de escoger políticas que harán nuestra economía más competitiva y que la harán crecer más rápidamente. Por ejemplo, con la independencia podríamos recortar el impuesto de sociedades, como ha hecho Irlanda y tantos buenos resultados le ha traído. Pero sin independencia estamos atados de pies y manos. Y así como la independencia será buena para Escocia, estoy convencido que también lo será para Inglaterra.
La decisión final sobre si Escocia se tiene que convertir en un estado soberano, no obstante, depende de los escoceses. Aquéllos de nosotros que creemos en la independencia estamos liderando el debate, aportando argumentos positivos, basados en la ambición y la esperanza. Hemos oído demasiadas veces hablar sobre lo que supuestamente Escocia no puede conseguir, o sobre aquello que no nos es posible de hacer. Ahora es la hora de ser positivos con nosotros mismos y abrazar el futuro como un estado más de estas islas y del mundo».
Alex Salmond, Primer Ministro de Escocia.
Egun on Sr. Larreina,
Estic molt content que finalment hagi rebut el llibre. També m’agradaria donar-li les grí cies pel post al seu bloc.
Per cert, te un nivell de catalí envejable. Sobretot si tenim en compte com de difícil és escriure correctament la nostra llengua.
Sr. Larreina, espero que disfrute este pequeño relato de algunos hechos que he presenciado en Escocia y que creí que era importante dejar constancia. Además, esta escrito des de la perspectiva catalana, que no nos engañemos, en este caso no difiere mucho de la de EH por la sencilla razón que ambas naciones se encuentran en un marco político y institucional parecidos. Creo que Escocia ha encontrado su camino. Este camino sera diferente al nuestro pero estoy seguro que su camino nos ayudará, inspirará y desbloqueará reacciones, sobretodo a nivel europeo y internacional. Desgraciadamente cada día estoy más convencido de que la mayor diferencia (y obstáculo) entre Escocia y EH-CAT es que España no es el Reino Unido. Sin embargo esta diferencia solo retrasará el proceso pero no lo parará. Porque después de lo que he presenciado en Escocia estoy convencido que los procesos independentistas en Escocia, EH y Catalunya son imparables. En Escocia hemos ganado la batalla ideológica. El SNP ha concentrado muchos esfuerzos en convencer a los escoceses que la independencia puede solucionar su problema endémico, el económico. El SNP ha hecho un excelente trabajo convenciendo que independencia significa mas poder de decisión, mejor nivel de vida, mejores puestos de trabajo, salarios mas altos, una economía mas competitiva, mayor bienestar…y la gente ha respondido positivamente. Estoy convencido que esta es la filosofía del nuevo independentismo en Europa. Además, estoy convencido que podría dar excelentes resultados en Catalunya pero también en EH. Espero volver a visitar pronto EH y tener la oportunidad de verle a usted y al resto de compañeros de EA.
Eskerrik asko eta laster arte.
Xavier
Me gusta esa idea de ser vecinos y amigos de España. Creo que es la diferencia entre el nacionalismo excluyente y el querer la propia identidad sin despreciar a nadie.