Elmundo1160960919_0.jpgLA ENTREVISTA SE CELEBRA EN SU TIERRA NATAL, VITORIA, EN SU DESPACHO DEL PARLAMENTO VASCO -DEL QUE FORMA PARTE DESDE HACE 16 Aí‘OS Y DONDE ACTUALMENTE OCUPA LA VICEPRESIDENCIA-. AUNQUE ES VISPERA DE FIESTA Y HACE UNA TARDE DESAPACIBLE Y MUY LLUVIOSA –

Una entrevista de ESTHER ESTEBAN publicada en «EL MUNDO»

Tiene concertadas varias reuniones y hay un ambiente de cierta excitación motivada por los rumores periodí­sticos, cada vez más insistentes, de que el encuentro entre ETA y el Gobierno central es inminente. í‰l no niega tal posibilidad, y se muestra incluso confiado de que el mismo se haya celebrado antes de la publicación de la entrevista. PREGUNTA.- Usted ha dicho que el proceso de paz va lento, y ha advertido de que eso puede ocasionar graves peligros. ¿Por qué?

RESPUESTA.- Efectivamente, el proceso se está desarrollando más lento de lo que deberí­a, y cuando hay lo que en baloncesto se llaman tiempos muertos se da ocasión a que quienes quieren interferir en él pongan más dificultades. No entendemos que se dilate ese proceso, porque cuando se hace público el alto el fuego, en el mes de marzo, estaba todo edificado y planificado entre ETA y el Gobierno.

P.- Pues algo no encaja. Usted dice que todo estaba edificado, el Gobierno niega los contactos antes del alto el fuego y ETA ha hablado incluso de que ya hay compromisos. ¿Quién miente aquí­?

R.- Bueno, en este tipo de procesos son muy tí­picos los gestos de las palabras. El Gobierno puede decir que no ha hablado directamente con ETA porque no ha hablado nadie del Gobierno, pero si esto va en serio, es normal que haya habido contactos por ví­a más o menos directa. Y en esas conversaciones previas estoy convencido de que ha habido compromisos mutuos.

P.- ¿A qué tipo de compromisos se refiere?

R.- Pues ETA, por ejemplo, si han decidido que ya no sirve la violencia, tendrí­a que buscar la seguridad de que iba a poder hacer polí­tica. Y ahí­ está el tema de la legalización, del ámbito sociológico-polí­tico de ETA. Y por parte del Gobierno, es lógico que exijan compromisos que pongan de manifiesto que realmente quieren abandonar la violencia. Yo creo que ha habido exigencias por ambas partes, y me parecen lógicas, y compromisos por las dos partes.

P.- ¿Usted cree que el Gobierno se ha visto ya con ETA? Porque se ha hablado de un encuentro en Oslo…

R.- Nos parecerí­a una irresponsabilidad que no se produjesen esas conversaciones. Y es posible que si el Gobierno y ETA no se han reunido ya, se reúnan de forma inminente, aunque a EA no nos interesa saber los detalles. Lo que sí­ tiene que tener luz y taquí­grafos es la mesa de partidos, que es donde se tienen que acordar las cuestiones polí­ticas, la necesidad de un nuevo pacto.

P.- Hombre, de entrada Batasuna no ha dado ningún paso para la legalización, y esa sí­ es una dificultad importante, ¿no?

R.- La realidad es que Batasuna, legalizada o no, representa a una parte de este paí­s, y eso no se puede obviar. El tema de la legalización de Batasuna hay que resolverlo, y eso es responsabilidad sobre todo del Gobierno, porque con la actual Ley de Partidos se crea una gran inseguridad jurí­dica. Y si no se da seguridad jurí­dica, todo el proceso de pacificación salta por los aires. Tal como está hoy, si Batasuna se legaliza cambiando de nombre, mañana un juez puede ilegalizar ese nuevo partido, aplicando el famoso criterio de la sucesión, porque los lí­deres de ese partido serí­an los mismos que los de Batasuna.

P.- Visto así­, la única solución es que el Gobierno derogara la Ley de Partidos, y ha dicho que no lo hará…

R.- Yo entiendo que el PSOE no puede asumir la derogación de la Ley de Partidos, porque se utilizarí­a en su contra, pero sí­ ir a modificaciones puntuales, como se hace con todas las leyes. En todas las leyes cuando en su desarrollo se ve que hay un aspecto puntual que chirrí­a, o que no se corresponde con la finalidad de esa ley, se modifica.

P.- Pero es que muchos piensan que con la Ley de Partidos y el Pacto Antiterrorista, impulsados por Aznar y apoyados por el PSOE, ETA estaba prácticamente liquidada, ¿por qué es necesario cambiarlo?

R.- Lo que es una evidencia es que este tipo de problemas, como el terrorismo, que tiene una motivación polí­tica, no se acaba sólo por la ví­a policial, porque estamos ante delitos muy graves que se cometen por una convicción. Y la convicción se acaba convenciendo a ese mundo de que en la democracia hay cauces más que suficientes para poder defender todas las ideas. La Ley de Partidos polí­ticos fue un error, sin la ilegalización de Batasuna, este proceso de paz se habrí­a producido antes.

P.- ¿Tiene alguna duda de que Batasuna se va a presentar en las próximas elecciones?

R.- Yo estoy seguro de que Batasuna va a estar en las próximas elecciones, y eso lo tiene claro todo el mundo, hasta el PP. Eso lo sabemos todos, y es bueno, porque lo mejor es que esté en las instituciones en igualdad con el resto de las organizaciones polí­ticas, sometido a los mismos controles que el resto.

P.- ¿Y usted cree que sirve de algo convocar la famosa mesa de partidos si en ella no está el PP?

R.- Bueno, en esa mesa tienen derecho a sentarse todos los que representan algo en este paí­s, no se puede vetar a nadie. Ni al PP ni tampoco al mundo de Batasuna. Pero tampoco se puede obligar a nadie a estar sentado; el que no quiera, que no lo haga. Yo estoy convencido de que el PP acabará sentándose en esa mesa, y lo que deberí­a hacer es tomar esa decisión cuanto antes, porque serí­a una irresponsabilidad dejar a una parte de la ciudadaní­a vasca sin voz en esa mesa.

P.- ¿Y por qué no se ha convocado esa mesa en el Parlamento vasco?

R.- Porque estamos hablando de un tema polí­tico que trasciende los lí­mites de la Comunidad Autónoma de Euskadi. Estamos hablando de ese concepto que es Euskal Herria, y por lo tanto es un problema polí­tico que afecta a realidades diferentes: a la comunidad autónoma vasca, a la comunidad foral de Navarra -que hay que contar con ellos- y a otra parte de Euskal Herria que está en el Estado francés.

P.- Pero esas dos partes, Navarra y Estado francés, no van a estar en la mesa de partidos…

R.- Si no se hace con criterio de territorialidad sino con criterio de partidos, igual es posible que estén. Si en esa mesa quiere estar el Partido Socialista francés, podrá estar. No se le puede vetar.

P.- Perdóneme, pero eso de Euskal Herria es una ensoñación, porque ni Navarra quiere dejar de ser lo que es ni el Estado francés va a renunciar a parte de su territorio…

R.- Planteándolo en esos términos es un error. Euskal Herria existe, uno se va a la Enciclopedia británica, o a la Espasa, y busca Vasconia y el mapa que aparece es el del conjunto del Paí­s Vasco, Navarra y el Paí­s Vasco francés. Euskal Herria existe, otra cosa es que ahora mismo no tenga entidad polí­tica.

P.- Pero si no tiene entidad polí­tica es papel mojado…

R.- Nosotros lo que decimos es que hay que tener en cuenta esa realidad, que existe, y luego ver si hay voluntad de todos los ciudadanos para que se pueda constituir o no. La resolución del conflicto está ahí­, en reconocer que Euskadi es una realidad, y reconocer que si democráticamente los ciudadanos de esos distintos ámbitos de esa realidad lo deciden se pueda constituir una unidad polí­tica, y si no lo deciden pues no.

P.- Pues el presidente ya ha dicho que respetar la decisión de los vascos no es reconocer el derecho de autodeterminación, que lisa y llanamente no existe.

R.- Zapatero dice eso en dos momentos concretos, y no dice lo mismo en los dos. El derecho de autodeterminación sí­ existe, entre otras cosas porque es lo que dice el Tribunal Supremo de Canadá ante la cuestión de Quebec.

P.- ¿Ustedes quieren la independencia de Euskadi?

R.- Sí­, nosotros queremos la independencia de Euskadi dentro de una Europa unida, sin fronteras, en igualdad de derechos de todos los ciudadanos. Yo no obligo a nadie a dejar de ser español, simplemente pido que no me obliguen a mí­ a serlo.

P.- ¿No se considera español?

R.- No, yo no soy español. Mi identidad nacional es vasca, nada más. Soy vasco y europeo. La identidad es un tema muy personal, no se puede regular por ley.

P.- Oyéndole hablar usted plantea dos temas que ETA ha considerado cruciales en todo el proceso: Navarra y la autodeterminación. ¿Es así­?

R.- En la mesa de partidos se va a poner encima el reconocimiento de Euskal Herria y la capacidad de decisión de los ciudadanos, pero eso corresponderá acordarlo a los partidos polí­ticos, nunca a ETA. Por primera vez en su historia, ETA ha renunciado a su papel polí­tico, por eso la mesa polí­tica tiene que convocarse cuanto antes, porque si no ETA terminará hablando de otras cosas de las que no debe hablar.

P.- ¿Cuándo se va a constituir la mesa? ¿Hay fecha prevista?

R.- No hay fecha. Se tení­a que haber constituido ya, pero espero que en octubre se pueda desbloquear el tema y en noviembre dar los pasos para la constitución de la mesa.

P.- Una vez aprobado el Estatut de Cataluña supongo que ustedes irán por elevación a la definición de Euskadi como nación. ¿Será así­?

R.- Euskal Herria es una nación y la nación vasca existe. El rechazo en el Congreso del Plan Ibarretxe fue un error histórico y al final habrá un estatuto que seguramente irá mucho más lejos que el Plan Ibarretxe.

P.- ¿Y qué margen de maniobra tiene el Gobierno con los presos de ETA?

R.- En ese colectivo de los presos de ETA hay de todo, y hay actitudes que para una persona de bien son repugnantes. Pero también es cierto que en tema de los presos al final habrá una solución, porque incluso el PP dijo en su dí­a que serí­an generosos con el tema de los presos.

P.- Para eso hace falta arrepentimiento, y no parece que esa sea la voluntad de Iñaki Bilbao, Txapote…

R.- Todo tiene su momento. Hay personas que estuvieron en ETA, incluso condenados por delitos graví­simos de sangre, que luego han prestado grandes servicios a la democracia. A todas las personas hay que darles la oportunidad de que puedan ser útiles a la sociedad , y reparar el daño causado luchando por la causa de las libertades. La dinámica de vencedores y vencidos es peligrosa, porque no aporta solución.

P.- El presidente dijo que cualquier negociación se harí­a en ausencia de violencia, y si la kale borroka sigue Zapatero incumple su palabra.

R.- La kale borroka no es un obstáculo para dejar de hablar. Lo que hay que ser es implacable con la violencia y la kale borroka, y no admitirlo nunca como chantaje. Pero si paramos el proceso por la kale borroka les damos a un reducto de violentos que no quieren una solución la baza de condicionar el proceso.

P.- Y si ETA vuelve a actuar, ¿la situación serí­a insalvable?

R.- Insalvable no hay nada, Pero sí­ serí­a algo inadmisible. Espero que el mundo de ETA sea consciente de que ese camino no se puede volver a utilizar ya, nunca.

P.- ¿Y las ví­ctimas qué papel han de tener en todo esto?

R.- A las ví­ctimas hay que tenerlas en cuenta, pero es muy importante sacarlas del tráfico partidista.

Por Rafa

2 comentarios en ««En la mesa de partidos se hablará del reconocimiento de Euskal Herria y del derecho de autodeterminación»»
  1. Por supuesto que la frase exacta es la que dijiste, aunque manifiesto mi disenso. Considero que esa frase requiere mi comentario. Ese comentario es una opinión personal con la que juzgo que los delitos más graves son los «polí­ticos», más aún que los pasionales. El delito polí­tico se comete con un inocente, por un prejuicio subjetivo, como los vascos que no os consideráis españoles. Yo soy un español que se considera vasco y no estoy dispuesto a que «mis raices familiares» me las desbanquen los subjetivos independentistas. Me siento, por familia, vasco, navarro, aragonés, madrileño, cántabro, andaluz y español. ¿Esas raices no cuentan? Surgieron del hecho de que España era una y toda la tierra de España es de todos los españoles. Por esa subjetividad, entiendo que no se puede dejar que la justicia incida sobre los delincuentes polí­ticos. Y los que ya están libres por cumplir o remitir penas, a esos, la justicia (esté o no de acuerdo) se les ha aplicado y, aunque salvo que pidan perdón, les dejo vivir pero no me interesan.

  2. Asesinar a una persona siempre será una injusticia y nunca estará justificado, sea el delito por motivos pasionales, polí­ticos, por necesidades surgidas de la dependencia a la droga o por cualquier otro motivo; si entramos en justificaciones o gradaciones de la injusticia podemos caer en el error de que el fin o el objetivo justifica los medios y creo que estamos de acuerdo en que eso es inadmisible.
    Hablas del prejuicio subjetivo de considerarse solo vasco y supongo que admitirás que también es un prejuicio subjetivo considerarse vasco y español. Siempre he defendido que las identidades nacionales son algo muy personal que no se puede imponer por decreto o por ley, sino que hay que respetarlas. A mi me parece muy bien que te sientas vasco y español, es más siempre he defendido que los dos tenemos derecho a ser lo que queramos ser y por eso no somos uno u otro mas o menos vasco que el otro. Solo desde el reconocimiento de ese derecho personal a la propia identidad nacional y el compromiso de respeto se puede avanzar en la resolución del conflicto polí­tico de fondo. Hablas de la unidad de España que no deja de ser un concepto moderno (surge con la identificación del estado-nación) o si quieres muy cambiante a lo largo de los siglos. Si miramos en la historia podremos comprobar que Sabino Arana no es el primero que habla de la existencia de la nación vasca, sino que desde mucho tiempo antes se hablaba de la nación vasca (compruebese por ejemplo en libros publicados en 1818 o 1820 por Zamacola o Novia Salcedo).
    Y finalmente en la relación de todo lo anterior con los presos o los delincuentes, con independencia del delito cometido o de su motivación, creo que esas subjetividades que tu decí­as no deben interferir.
    En mi opinión la polí­tica penitenciaria no debe tener un caracter vindicativo sino que debe estar orientada a la reinserción, a la recuperación para la sociedad de esa persona que ha delinquido. Por eso creo que una vez que se tenga la seguridad de que esa persona no va a volver a atentar contra la sociedad cometiendo otro delito, debe salir de la carcel y reintegrarse a la sociedad para contribuir con su vida normalizada al bien común. Y aquí­ tampo hago distingos entre los presos de ETA o los denominados presos comunes.
    Saludos, Rafa Larreina

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