Una suspensión de la Autonomía, al menos en un primer momento no podría afectar al funcionamiento normal del sistema educativo , sanitario, etc. pues es un sistema que está en marcha y que no puede ser sustituido por otro. No cabe la menor duda que el sectarismo del PP y del Gobierno Aznar contra las señas de identidad cultural vascas (como lo están demostrando en Navarra a través del gobierno de UPN) les llevaría a medio plazo a intentar desmontar todo el sistema educativo vasco.
Frente a una situación de estas, en que la suspensión de la autonomía ni es justa ni tiene un fundamento político que no sea el del sectarismo y el de no reconocer el resultado democrático que las urnas dieron el 13 de mayo del 2001 (esto si que es inmadurez y no la que achacó Aznar a la sociedad vasca), yo soy partidario del pase foral, de la insumisión, de la resistencia civil o de la denominación que queramos darle.
Estoy convencido que no podrían aplicar nunca esa suspensión de la autonomía, pues es imposible sustituir ni reemplazar la administración vasca en contra del criterio mayoritario de la sociedad y de la firmeza democrática y pacífica de quienes apoyamos a las instituciones vascas surgidas democráticametne de las urnas.
A Aznar se le vería la oreja franquista en Europa, y los países europeos de acendrada raigambre democrática no le admitirían en su club. Asumir competencias de forma unilateral no puede suponer la suspensión de la autonomía. Los juristas de mayor prestigio sostienen que las competencias estan ya adjudicadas en el Estatuto, lo que se negocia es la transferencia de los medios materiales y personales para ejercer esas competencias. Por esta razón ejercer las competencias que estan en el Estatuto no es base jurídica para suspender la autonomía.