Para este próximo fin de semana se ha convocado una manifestación contra el “Nacionalismo Obligatorio”. Y oí­do así­, sin mas explicaciones, la verdad es que me motiva el ir a pasearme tras ese lema por las calles de Donostia. Quizás alguien ya a estas alturas del primer párrafo este escandalizado y no entienda que quiera asistir a dicha manifestación. Pero la verdad es que tengo razones para ir.

En primer lugar porque yo he estado siempre en contra del nacionalismo obligatorio, entre otras cosas porque sólo entiendo y admito la obligación que surge de la apropia decisión libremente adoptada. En segundo lugar, porque el único nacionalismo obligatorio que hay en mi querido y atribulado Paí­s, Euskal Herria, es el nacionalismo español. Se incumple permanentemente el artí­culo 15 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que consagra el derecho de todas las personas a una nacionalidad y a cambiar de nacionalidad cuando se nos obliga a tener la nacionalidad española, cuando la nacionalidad que, yo y muchas otras personas, deseamos tener es la vasca; mientras que a nadie se le impide tener la nacionalidad española; se nos obliga a tener un documento nacional de identidad español, es obligatorio llevar la E de España en los coches, es obligatorio poner la bandera española en los edificios públicos, se nos prohí­be competir con una selección nacional vasca de pelota vasca –valga la redundancia para subrayar la incoherencia- o de cualquier otro deporte y se nos obliga a competir con la selección española, e incluso hay un artí­culo 8º de la Constitución que si no queremos ser libremente españoles nos amenaza con la intervención de las fuerzas armadas.

Aunque mirándolo bien, también hay razones para no acudir, sobre todo al ver que quienes convocan dicha manifestación son precisamente los que me imponen su nacionalismo español; los que quieren imponer su proyecto nacional sin tener en cuenta la voluntad de la ciudadaní­a vasca, expresada de forma democrática y pací­fica; los que manipulan la realidad intentando deslegitimar proyectos polí­ticos radicalmente democráticos y pací­ficos, como el de Eusko Alkartasuna, mezclándolos con la violencia; los que incumpliendo sistemáticamente la ley han cometido el mayor fraude polí­tico y democrático contra la sociedad vasca modificando el Estatuto de Gernika, por la puerta falsa y sin someter dicha modificación a refrendo por la ciudadaní­a. En fin que, para tranquilidad de quienes se escandalizaron en la lectura del primer párrafo, en vez de ir a la manifestación me quedo con la propuesta de Libre Asociación promovida por el Gobierno Vasco, pues como su mismo nombre indica parte de la libre decisión no de la imposición, tiene en cuenta la voluntad de la ciudadaní­a vasca expresada de forma democrática y pací­fica, y permite la Libre no Asociación para que, si la ciudadaní­a vasca así­ lo quiere, seamos independientes dentro de la Unión Europa tal como defiende Eusko Alkartasuna.

Por Rafa

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