Vayamos por partes. En primer lugar hay que señalar que en el caso del aborto, Eusko Alkartasuna siempre ha dejado libertad para que cada militante vote en conciencia y así figura en todos los programas electorales con que nos hemos presentado a las diferentes elecciones. Como partido siempre nos hemos pronunciado en contra de cualquier discriminación por razones de orientación sexual, pero no hay ningún documento ni de Congreso, ni de Asamblea Nacional, ni de Ejecutiva Nacional que se haya pronunciado ni a favor ni en contra de la adopción por parte de los homosexuales.
Mi posición personal es muy clara desde una perspectiva progresista: pienso que en materia de derechos humanos no caben excepciones y menos cuando hablamos del derecho a la vida; todos los avances científicos y médicos señalan y demuestran que hay una vida diferente de la de la madre desde el primer momento de la concepción, y que su viabilidad depende de cuestiones técnicas (hoy son viables personas que llevan en el seno materno pocos meses y que antes no lo eran; desde otro punto de vista el caso de las madres de alquiler demuestra también esta asertación de que la vida es diferente a la de la madre y padre que han concebido a esa persona).
Ante un conflicto de intereses, y más estando en cuestión el derecho a la vida, desde una perspectiva progresista apuesto por la defensa del mas débil, del que no tiene voz para poderse defender. Por estas razones defiendo el derecho a la vida; creo que desde el punto de vista democrático de defensa de los derechos humanos no es admisible la licitud del aborto, y desde el punto de vista de solucionar los problemas, angustiosos en muchos casos, que puede tener la madre que se plantea o a la que le plantean el abortar, lejos de solucionárselos se le generan nuevos problemas y nuevas angustias.
En cuanto a la cuestión de las personas que tienen una determinada orientación sexual, defiendo su no discriminación en ningún caso, pues son personas y como tales tienen, y tienen que tener en la práctica, los mismos derechos que todas las personas. Por lo que se refiere a la adopción, creo que desde el punto de vista progresista hay que defender y preservar los derechos del adoptado, atendiendo a sus necesidades no a las necesidades de los adoptantes. Desde esta perspectiva creo que deben tener preferencia, a la hora de la adopción, los matrimonios (formados por mujer y hombre) con ciertas garantías de estabilidad, lo cual no significa ninguna discriminación con respecto a otras personas heterosexuales que no tengan vínculos estables de convivencia legalmente reconocidos.
Esta es mi posición personal, porque como le he dicho no tenemos formalmente adoptada ninguna posición como partido sobre esta cuestión concreta. Finalmente, con respecto a mi pertenencia al Opus Dei, ésta no genera ninguna incompatibilidad: en primer lugar porque el Opus Dei ni actúa en política, ni interfiere para nada en las actividades profesionales, sociales, culturales o políticas que en ejercicio de su libertad puedan desarrollar los fieles de la Prelatura; la finalidad del Opus Dei es exclusivamente de atención espiritual. Y en segundo lugar, tampoco genera ninguna incompatibilidad específica, porque el Opus Dei no tiene directrices doctrinales propias o particulares, defiende la doctrina de la Iglesia Católica de la que forma parte. Por esta razón una persona del Opus Dei tiene a la hora de actuar las mismas incompatibilidades -si usted quiere llamarlas así- que cualquier fiel católico.