Hoy, decenas de miles de personas nos hemos concentrado en Gernika, Amorebieta, Durango, Urquiola, Legutiano y Vitoria-Gasteiz para exigir respeto al derecho que tiene el Pueblo Vasco, la sociedad vasca, a decidir su propio futuro, a vivir en Paz y en Libertad. En Gasteiz hemos coincidido las direcciones de los cuatro partidos (PNV, Eusko Alkartasuna, EB y Aralar) que convocábamos los actos, con cargos públicos y miles de ciudadanas y ciudadanos. Ha sido una concentración pacífica, diferente a las habituales, pero en la que he echado en falta entusiasmo.
Creo que desde EA es el gran reto que tenemos ahora mismo que afrontar: seguir trabajando para que la sociedad vasca, especialmente la ciudadanía abertzale, recupere la ilusión y refuerce la esperanza de que el actual bloqueo político fruto por un lado de la irracional, inhumana y huérfana de inteligencia política, estrategia de la violencia y por otro de la zigzageante línea política de algunos nacionalistas que añoran las tranquilas aguas del autonomismo.
Hoy es mas necesario que nunca que en Eusko Alkartasuna nos empeñemos en potenciar un núcleo soberanista fuerte que impida la vuelta al pasado y obligue a unos y a otros a seguir por la senda política soberanista que obligue a moverse al estado y consiga poner bases sólidas para la normalización política.
En estas reflexiones andaba cuando, una vez acabado el acto y despedido al Lehendakari Garaikoetxea, me dirigía a casa y me he encontrado de bruces con los enfrentamientos que se han producido alrededor de la mini-concentración de Falange española. En esos momentos los bomberos y la ertzaintza estaban apagando un contenedor en la cuesta de la Virgen Blanca, y un grupo de jóvenes me han dedicado unas cuantas imprecaciones, entre las que estaban el tópico apelativo de zipaio. Tiene gracia que, quienes con la estrategia de la violencia son los mejores aliados del Estado a la hora de impedir que avancemos a la independencia, no se les ocurra otra idea a la hora de insultar que proyectar hacia los abertzales consecuentes el papel que ellos están desarrollando.
Cada vez está mas claro que, además de por razones éticas que ya de por si son suficientes, desde el punto de vista político independencia y violencia son incompatibles y que se está con una o con otra, pero no se puede estar con las dos. Y sin embargo algunos todavía sin enterarse.