Llevaba varios días intentando sentarme delante del ordenador para escribir mis impresiones del día después de las elecciones, pero no ha sido posible hasta hoy. Sobre los resultados sólo tres palabras: malos sin paliativos. Esta es la realidad. Ahora bien, alrededor de esta realdiad si quiero hacer unos apuntes sobre algunas ideas que han surgido alrededor del análisis de los datos.
Empezando por el ámbito estatal se consolidan tres bloques: las dos Españas y los que no quieren ser España.
Por una lado la España ultraconservadora depositaria de las esencias patrias, con su ramalazo de nacional-catolicismo que antepone su modelo de estado decimonónico, identitario y jacobino a cualquier otra consideración. Este bloque está rerpesentado por un PP que ha trasladado a la ciudadanía una imagen mas cercana a Alianza Popular con su retranca franquista que a la centrista UCD.
Por otro la España roja, con su ramalazo anticlerical y laicista, que mantiene una política neoliberal en lo económico que camufla con políticas de corte radical en materia de usos y costumbres que le dan un barniz de aparente izquierda.
Y un tercer bloque formado por las fuerzas políticas con otros sentimientos de identidad nacional que operan con importante presencia fundamentalmente en Euskal Herria, Paisos Catalans y Galicia, y con presencias más discretas en Aragón y Andalucía.
En estas elecciones la polarización que se ha producido entre las dos Españas clasicas junto el miedo que ha suscitado el planteamiento ultraconservador y ultranacionalista del PP, ha laminado a IU y ha provocado una sangría de votos importantes a partidos del tercer bloque como ERC, CHA y la coalición andalucista en favor de Rodríguez Zapatero. El PP, por muchos incremento de votos que tenga nunca ganará las elecciones mientras no cambie su política abandonando al imagen de AP y girando al centro en busca del espacio sociológico de la UCD.
Por lo que se refiere a Hego Euskal Herria los partidos abertzales, que tenemos una postura clara de rechazo a la violencia, nos hemos visto atrapados entre la polarización estatal y el miedo al PP, y la estrategia de presíon social de quienes propugnaban la abstención; si a esto unimos el impacto emocional que produjo el asesinato de Isaias Carrasco en Arrasate tenemos una primera explicación del resultado electoral. En Nafarroa se ha producido una importante recuperacion del PSN, después de la chapuza de las pasadas elecciones de mayo pasado, y el estancamiento del voto a la coalición formada por EA, Aralar, PNV y Batzarre: NaBai. Y en la CAV se ha producido un importante y homogéneo descenso de los votos recabados por los tres partidos que componemos el tripartito y también de Aralar.
Sin embargo creo que todas estas razones, ciertas, no son suficientes para explicar el resultado en el caso de la CAV; aquí creo que tenemos que hacer una importante autocrítica los partidos abertzales y nuestros socios del tripartito pues a mi juicio hay otras dos razones de calado que explican el resultado y que están relacionadas con el proceso de construcción nacional y social que nuestros conciudadanos nos reclaman. Estas ideas espero desarrollarlas, con un poco más de calma, mañana. Ahora habrá que pensar en dormir un poco, que a las 9 de la mañana tengo la tertulia del Parlamento de las Ondas en Radio Euskadi y habra que estar allí bien despierto y con la prensa leída por si acaso
Rafa yo prefiero la primera persona del singular. Sustituye el «tenemos que hacer autocrítica» por «tengo que hacer autocrítica». Seguro que así resulta más provechosa.
Rafa,
1. Me sorprende lo de los tres bloques cuando entre dos de ellos agrupan al 83% de los votantes y entre la suma de los nacionalistas al 6,3% (aprox). ¿No sería más correcto hablar de dos bloques? O, puestos a incluir las minorías, ¿que te parece hablar de 20 bloques?
2. Dedicas la mayor parte de tu carta a hablar de las causas digamos ajenas de los malos resultados electorales. Sólo en el último párrafo hablas de la autocrítica. Tiene narices el asunto, al final la culpa de la línea descendente de EA será de los nacional-católicos y de los rojos laicistas. Con estos mimbres, no os auguro un buen futuro
Como quieras benet, al final la autocrítica de un colectivo, como es un partido, está hecha de la suma de las opiniones y juicios que hacen sobre la situación cada una de las personas que los componen. Por eso cuando hablo de autocrítica no escurro el bulto.
Navarrensis: Hablo de tres bloques porque en el tercero todos tiene en común la reivindicación de que se les reconozca una identidad diferente a la española.
Y sobre las causas de los resultados electorales, veo que no has leído todo el post, pues en el último párrafo me refiero a que hay otras razones de calado.
También decía que esperaba desarrollarlas mañana -por ayer- y una vez más me ha pillado el toro y he dejado los deberes sin hacer. Pero tranquilo que a lo largo de esta semana llegará mi reflexión.
Rafa,
Siento insistir, pero me parece que hipertrofias al «tercer bloque». Espero que a la hora de diagnosticar los problemas reales de la ciudadanía no tengas una visión tan sesgada.