Yo creo que a pesar del despliegue mediático de unos y las barbaridades de otros, hay muchas personas en España que no nos odian; de entrada todas las que conocen a gente de nuestro País, profundamente abertzale pero al mismo tiempo ejemplo de civilidad y compromiso con las democracia y la defensa de los derechos humanos en todos los casos, como solemos insistir en EA, sin excepciones.
Aquí tenemos un campo muy extenso e interesante de actuación todos los que trabajamos en clave abertzale y democrática. Debemos darnos a conocer, explicar lo que pensamos, animar a todas esas buenas gentes de España a que nos conozcan sin intermediarios: no queremos ni la intermediación de las brutalidades de ETA, ni de las -en el mejor de los casos- frivolidades de algunos que estan continuamente en los medios de comunicación bajo el epígrafe de tertulianos, periodistas o autodenominados intelectuales. Cuando nos conocen directamente, cuando tienen la oportunidad de escucharnos sin prisa, sin la sordina impuesta por los voceros de la verdad oficial, del pensamiento único, entonces nos entienden, nos entendemos muy bien y hacemos imposible tanto el odio hacia lo vasco como el odio hacia lo español.