A mí nunca me ha gustado entrar en especulaciones sobre las posibles o no posibles treguas de ETA, ya que considero que ETA se mueve con una lógica diferente a la nuestra; por ejemplo en el caso de la probabilidad de ilegalización de Batasuna, ETA puede reaccionar de una forma totalmente diferente a la que nos puede parecer más razonable a nosotros.
Creo que es preferible centrar los esfuerzos en vez que hacemos para que la violencia desaparezca, para que ETA se convierta en algo del pasado. Y en este campo, todos podemos hacer mucho: ciudadanía y partidos políticos. Todos podemos empeñarnos en convencer, mediante la palabra y el diálogo, a quienes de una forma u otra respaldan, apoyan, consienten o comprenden la utilización de la violencia para impulsar el logro de objetivos políticos, para que opten por las vías estrictamente políticas y democráticas y rechacen los métodos inhumanos y por tanto antidemocráticos que utiliza ETA.
Hay un mensaje que, con distintas formulaciones, todos podemos transmitir: los déficits democráticos nunca se superan o combaten con nuevos recortes de la democracia; la libertad nunca se consigue recortando las libertades; a los que no creen en la democracia nunca se les derrota a través de las vías violentas o represivas, se les convence a través de la palabra o a través de las urnas.